Capitulo 12 "La Pelea"

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¡Queridicimo diario!

Casi te podría escribir que fue el mejor día de mi vida, aunque espero que vengan muchos mas días felices como este.

Nos quedamos toda la tarde en la cueva con James, permanecimos en el agua jugando y nos abrazábamos a cada rato, era como si estuviéramos recuperando un tiempo perdido, similar a un reencuentro después de mucho tiempo sin vernos.

Al retirarnos, salimos por el mismo lugar por donde entramos, nadie se dio cuenta y regresamos por el sembradío de gladiolas hasta llegar a mi casa, ahí nos despedimos con un beso furtivo y acto seguido entre a casa, yo sabia que mi abuela no se encontraba así que me fui a mi recamara para seguir soñando despierta con mi querido James...

Mas tarde escuche a mi nana llegar y tocando antes de abrir mi puerta me llamo, yo me fingí dormida y ella no insistió mas, se marcho tranquila de que yo estaba temprano en casa.

Al dia siguiente en el molino, todo era diferente, desde que llegamos no nos podíamos concentrar en el trabajo, nos buscábamos con cualquier pretexto y... súbitamente nos besamos.

El tiempo no era suficiente para estar juntos, yo atendía a los clientes lo mas rápido posible y James trabajaba a mil por hora atrás, la mañana transcurrió regular entre uno y otro beso robado, tanto de parte de el como mía, cerramos el negocio y continuamos con la limpieza.

Tan pronto el vio la puerta cerrada se me lanzo encima, yo lo esquive y corrí a la parte trasera del molino, ahí jugábamos sin dejarme atrapar lo hice correr hasta que me alcanzo... y tomándome en sus brazos me dijo:

 -¡Yo sabia que este viaje valdría la pena, era un presentimiento que tenia, y no me arrepiento de haber venido!-

-Yo vivo mi vida sin riesgos, y ahora me siento mas viva que nunca a tu lado, tanto que no me interesa nada mas en este momento.-

- Ven aquí trencitas de oro, te necesito conmigo.- Y me tomo de la mano dirigiéndonos a la bodega del maíz, nos recostamos entre unas mantas y el fuego ardía nuevamente, yo no me resistí, deseaba estar entre sus brazos, jamás había sentido esa necesidad nunca antes.

Recostamos de lado nos besábamos con tanta ternura, James acariciaba mi rostro y me decía que adoro mis ojos color avellana desde que me conoció, que cuando me miraba fijamente lo transportaba a un mundo de recuerdos no vividos, pero que las emociones que le transmitía eran conocidas.

No tuvimos sexo, solo nos acariciamos sin parar una y otra vez.

¡Querido diario!

Cuando Rafael viene a mi mente lo bloqueo inmediatamente, todavía no se que voy a hacer cuando el regrese, ahora me doy cuenta que no es amor lo que siento por el, pero lo quiero mucho... no lo quiero lastimar, creo que buscaré la mejor forma de terminar mi relación con el.

Ya es de madrugada y no para de llover a cántaros, aunque traigo impermeable y paraguas voy muy mojada para mi trabajo, quizás James piense que no vamos a trabajar hoy.

-¡Que loca estas, mira como vienes de mojada! ¿Tu crees que vendrán clientes con esta lluvia?- Me dijo abriendo la puerta pues llegamos casi juntos, al entrar dejamos las paraguas y cerramos la puerta pues la lluvia estaba tan fuerte que se estaba acumulando y formaba un rió en la calle.

-¡No se si vengan clientes! Que tal si después se quita y así ya tenemos todo listo.- Y no muy de buenas empezamos a trabajar, la tormenta afuera empeoraba y transcurriendo el tiempo, no nos quedo otra solo platicar.

Los truenos y relámpagos simulaban un diluvio, nosotros tomando un café, esperábamos que parara pero no fue así, el se acerco a mi y en silencio me beso en la mejilla rodeando mi cuerpo con sus brazos, yo le correspondía y lo acariciaba en su espalda.

LA PROMESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora