Analizando otras perspectivas, Nina se encontró resolviendo que realmente había pasado ya un tiempo desde el último momento en el que podía recordar haber ayudado a alguien por el placer de hacerlo. Incluso, el haber asegurado la vida de alguien en contrario de haberla terminado.
En ocasiones lanzaba rápidas miradas en dirección a Mila, parecía tensa mientras observaba por la ventanilla. Ella abría la boca solo para indicarme qué camino tomar y al final del viaje, cuando me pidió que me detuviera, la estructura de la enorme casa rodeada y protegida provocó que levantara ambas cejas.
A través de la ventana del copiloto, Mila tecleo el código de acceso. Intente despedirme de ella con asentimiento corto y rápido. La familia Acton no era un problema pero siempre fueron malas noticias. Sin embargo, Milla se negó a bajar del auto.
- ¿Necesitas otra cosa? - Pregunté. Se movió nerviosa mientras apartaba un mechón de cabello que caía sobre su rostro.
- ¿Podrías quedarte conmigo? - Murmuro - No quiero estar sola.
- No es una buena idea, Mila - Trate de sonar suave. Sus ojos brillaron en comprensión triste.
- Entiendo.
- No puedo estar aquí - Ni siquiera sabía porque intentaba explicarme.
El silencioso surgió dentro del vehículo cuando no aporte más información.
- ¿Por qué te detuviste a ayudarme? - Dijo antes abrir la puerta.
- Yo no te ayude - Mis labios se curvaron - Tú fuiste quien decidió ayudarse. Lo único que hice fue hablar estupideces, como dije, yo no podía haber hecho nada si ya habías tomado la decisión. No querías hacerlo, eso fue todo.
- Fui una cobarde - Su tono se volvió duro. Mis ojos se estrecharon.
- No creo que tu problema fuera la cobardía, Mila. He conocido auténticos cobardes, ellos usualmente ruegan y lloran por continuar viviendo.
- Estaba tan enojada - Trato de explicar. No pude evitar sentir simpatía.
- La única posesión real que tenemos es nuestra vida y nosotros somos los únicos que elegimos sobre ella - Mis rasgos se volvieron tensos - La muerte es una perra engañosa como para intentar jugar con ella, no coquetees con esa mierda o vendrá por lo que tratas de ofrecerle.
Su parpadeo la traiciono y una lagrima escapo.
- Lo lamento tanto.
- No necesitas disculparte. No conmigo - La alenté a salir del auto. La puerta se cerró con un ruido sordo detrás de ella - Solo necesitas encontrar tu talento, Mila.
Lentas y pesadas respiraciones salían de su pecho. Su mente estaba ordenándose.
- ¿Tienes un nombre? - Preguntó. Un quejido cansado salió de mis labios.
¿La chica frente a Nina representaba una amenaza? No. Pero posiblemente podría encontrarle una utilidad.
- Nina Atwood - Le dirigí mi más amplio sonrisa - Pero jamás he estado aquí.
Ella retrocedió en acuerdo, la seguridad en su expresión. Sabiendo que la chica se mantendría en silencio, me apresure a desaparecer de la casa Acton.
A Kilómetros de distancia, el sonido del teléfono causo que apartara la mirada de las calles.
Morgan
Conecte la llamada para que se escuchara por todo el auto.
- ¿Qué?
- ¿Estás ocupada? - Mi ceño se frunció. Morgan quería asegurarse que estuviera sola.