Durante un breve episodio de mi vida, tuve un pensamiento repentino, pensé en qué solo los débiles morían antes y que definitivamente nadie debía dejar que el amor fuera el causante.
Mirando atrás ¿Realmente algo se pudo haber evitado?
Mis ojos trataron de enfocarse en las palmas cubiertas de sangre frente a mí.
¿Eran mías?
Una risa sin aliento broto de mis labios. El sonido de disparos orquestaba mi subconsciente. Había tratado arduamente de sobrevivir en un abismo donde solo los dispuestos a dejar su orgullo eran los que veían nuevamente el cielo claro y la cegadora luz del sol.
En el inicio, al menos el que podía recordar, fui un animal salvaje que construyó su propio territorio.
Protegiendo y asesinando.
Hundirme en la miseria en la que vivía era probablemente una de mis habilidades favoritas y llorar sobre la basura fue probablemente una de las cualidades de cada persona de mi familia.
Familia.
La palabra ocupo un espacio entre mis dientes y rodo a través del sabor metálico.
Vatra
Mis ojos volvieron a cerrarse y en la oscuridad, su rostro fue lo único que vi.
Era hermoso aun estando dentro de mi imaginación.
Él y Nina siempre fueron un maldito conflicto irreparable. Control nunca fue lo que necesitaron cuando la impaciencia y la ilegalidad era su manera de hacer negocios.
Más tiempo. Ese fue su único jodido deseo, pero ella nunca obtenía lo que quería.
Incluso en el final, ninguno estuvo preparado para sentir como el depredador devoraba sus corazones desde el interior.