Capítulo doceavo.

437 28 4
                                    

El bar estaba lleno, parecía que no cabía nadie más, pero seguía entrando gente sin parar.

Llevábamos como media hora aquí y Bob y Jacob estaban algo sobrios. Las  gemelas y Estef no paraban de seguirles donde iban, ¡No se estaban quietos!

Me reí al ver como Bianca intentaba convencer a Bob para que se sentara en una silla y esperara a que el efecto del alcohol se le pasara, aunque sea un poco.

-¿Bailamos?-dijo Dana algo animada a causa del alcohol que había bebido.

-Claro-contesté yo.

Nos dirigimos a la pista moviendo nuestros cuerpos al son de la música. El panorama de aquí era diferente al de la barra donde estaba sentada. Todas las chicas bailaban con algún chico, y claro, ellos se restregaban.

Nos pusimos en un buen lugar para bailar sin mucha gente, y comenzamos a bailar.

Durante los primeros treinta minutos todo estaba tranquilo, hasta que sentí unas manos en mi cintura.

Me di la vuelta y me fijé en que solo era Niall por lo que me relajé.

-¿Bailas conmigo?-susurró sensualmente en mi oído. ¡Oh, dios! ¿Quería que muriera? Lo estaba consiguiendo.

-Claro- sonreí.

La verdad, no sabía cómo podía mantenerme normal al lado de los lobos, ya que todos los chicos eran muy atractivos.

Nos apartamos del sitio donde estábamos y nos metimos más en el centro. Colocó sus manos en mi cintura, y yo pasé mis brazos por su cuello. Moví mis caderas mientras le miraba a los ojos. Quería provocarlo. Él soltó una carcajada, y yo seguí su risa, mientras me daba la vuelta y pegaba mi espalda a su torso.

Ahora los dos nos movíamos al compás como si fuéramos uno solo. Sus manos seguían en mi cintura brindando pequeñas caricias, y yo disfrutaba por ellas.

Me dio la vuelta y nos pegamos más aún. No habíamos dicho palabra alguna, pero no hacía falta hablar.

Él era un chico muy atractivo, ¡Y sabia moverse como los dioses!

-Te mueves muy bien-dije yo en su oído par que pudiera oírme ya que la música estaba bastante alta.

-Me superas con diferencia-contestó de vuelta.

Seguimos bailando un rato más, hasta que no pudimos más y nos volvimos a la barra cogidos de la mano.

Me sentía extraña, pero segura. ¿Eso era posible?

-Y, dime, ¿Voy bien con las pruebas?-bromeé.

-Oh, vas estupendamente-pausó-contigo en los lobos seguro que ganamos algún concurso-contestó con una sonrisa.

-¿No ganáis?-pregunté incrédula. Bailaban demasiado bien como para no ganar.

-Sí, pero contra los peores. Los Lobos son buenos, muy buenos bailando, pero sabíamos que nos faltaba algo-pausó- y ese algo eres tú-me sonrió causando que me sonrojara, ahora daba gracias que el club estaba oscuro y con luces de millones de colores para que no se diera cuenta.

-Pues…supongo que gracias-le devolví la sonrisa.

No sé qué pasó, ni cómo, pero estábamos a dos centímetros de distancia. Nuestras narices se rozaban y estábamos a punto de besarnos.

-Lizzy… ¿Has vist…-nos interrumpió una voz que reconocí como la de Louis- perdón, lerdón, no quería interrumpir.

Quería decirle que no había interrumpido pero para ese entonces ya se había marchado.

El ambiente entre nosotros ahora estaba tenso, o confuso.

Yo estaba confusa, ¿Por qué estábamos a punto de besarnos? No lo sé, pero me había quedado con las ganas de probar esos labios.

-Voy un momento al baño-avisé casi sin mirarle y me dirigí al baño

Moría de la vergüenza.

Entré al baño y me dispuse a hacer mis necesidades en uno de los baños que había libres. Terminé y me dirigí a lavarme las manos.

Volví a pasar por la vista de baile y me impresionó lo que vi.

Dana y Liam se comían-literalmente- mientras bailaban en medio de la pista, ¡Incluso tenían público!

Reí y volví a la barra llevándome un gran chasco.

Niall estaba en la misma posición que conmigo pero con una rubia, aunque ahora sí se comían los morros.

Me sentí mal. Decepcionada. ¿Por qué me iba a besar, si luego se iba a ir con la primera chica que ve?

Pensándolo mejor, yo no tenía porque enfadarme y mucho menso molestándome. No somos nada, y no lo seremos.

Me senté en la silla de al lado, y cuando vi más de cerca como se besaban, algo se rompió en mí, ¿Por qué? Quizás porque soy tan tonta como para pensar que tenía posibilidades.

Sweet DanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora