-Hija, me voy a dormir, estoy algo cansada con esto de la mudanza-avisó mi madre. Me dio el beso de buenas noches de todos los días, y se fue a dormir.
Supuse que ya era lo suficientemente de noche como para ir con la chica sin nombre.
Me quite el pijama para acabar con la ropa que llevaba esta mañana, este era un truco que me enseño Sofía cuando algunas noches nos íbamos algún ‘pub’.
Recogí las llaves y la chaqueta sin hacer el mínimo ruido, para poder salir de casa sin tener que decirle a mi madre.
Apresuré el paso hasta llegar al parque, no me hacía mucha gracia ir andando sola por una calle que apenas conozco. Llegué después de dos minutos y al entrar al parque localicé a dos personas en el banco donde esta mañana había conocido a la chica sin nombre. Me acerqué y vi claramente que era ella.
-Hola-saludé tímidamente.
-Oh, ya estás aquí pensaba que no vendrías-contestó ella- te presento, él es Liam, y ella es…-pausó al darse cuenta de que no nos habíamos presentado nosotras dos tampoco.
-Mejor me presento yo, soy Lizzy.
-Bueno, encantada Lizzy yo soy Lana-me tendió la mano.
-Y yo soy Liam-se presentó el acompañante de Lana.
El chico era realmente atractivo. Era moreno, alto y vestía casi del mismo estilo que Lana, ¿Pertenecería él también a alguna banda? No lo sé, pero no me importaba estar en su banda.
-Bueno, ya nos hemos presentado, así que vamos.
Sin saber qué hacer, les seguí. Empezaba a entrarme algo de miedo, ¿Me harían algo? ¿Me robarían? Espero que no.
Después de estar diez minutos caminando, llegamos a una especia de almacén abandonado. Eso aumento mis miedos.
-¿Dónde estamos?-pregunté algo temerosa.
-Estamos en la guarida de ‘Los Lobos’-pausó- nuestra guarida, dónde cualquier baile que imaginas existe.
Liam abrió las puertas y me quedé con la boca abierta.
Esto sí era el cielo.
Era un lugar amplio, muy amplio, con las paredes pintadas en diferentes colores y grafitis encima. Luego estaba una pared entera con espejos enormes y juntos. Me fijé más y vi un aparato enorme de música, incluso tenía una caja de mezclas para algún DJ. El aparato de música estaba conectado a unos altavoces enormes, ¡Eran más grandes que yo! Esto era el paraíso.
-¿Te gusta?-preguntó Lana con un tono burlón, seguramente al ver mi cara de fascinación.
-¿Estás de broma? ¡Esto es el paraíso!-contesté con una sonrisa.
-Bien, entremos, nos están esperando-anunció Liam.
Ellos entraron, y yo con ellos. Todos las personas que se encontraban allí me miraban y murmuraban cosas, ¿Tenía algo en el pelo, o en la cara? Seguí caminando indiferente.
Me llevaron a un lugar donde había asientos y juegos, como el billar o el futbolín.
-Genial, ya estáis aquí-comentó una chica que se encontraba sentada en el regazo de un chico rubio.
-Y traéis carne fresca, me gusta-añadió un chico que estaba a mi espalda, mirándome de arriba abajo.
¿Qué hacía yo aquí? ¿No había venido a bailar?
-Dejarla, dejarla-comentó Lana poniéndose a mi lado- sí, es carne fresca, pero una carne fresca con mucho talento.
-Espero que así sea, la última que trajiste apenas sabia moverse-comentó un chico moreno algo bajito que estaba apoyado en la mesa de billar.
-Madre mía, una se equivoca una vez y no paran de recordárselo-dijo Lana con humor.
-Perdonar…no es que me quiera meter ni nada de eso, pero… ¿Qué hago aquí?-pregunté.
-Te explicaré-hizo un movimiento con la cabeza indicando que me sentara, y me senté en una silla que había por ahí- Bien, come he dicho antes, esta es la guarida de los lobos…
-Espera, espera, espera-le corte- ¿Qué son los lobos?
-¡Espera! ¿No sabes lo que son los lobos?-negué con la cabeza ante la pregunta del chico que antes me miraba de arriba abajo.
-Los lobos son una banda, una banda de baile-concluyó Lana- y no me interrumpáis más por favor. Bueno, las bandas callejeras hacen concursos, y claro los lobos participan en todos excepto en uno. El mejor concurso en el que se puede participar, los lobos no pueden participar porque para ese concurso se necesitan doce y como verás somos once.
-Pero, no pienses que por haber venido aquí estarás en los lobos-advirtió el chico rubio que estaba sentado en una silla con una chica en su regazo-Tendrás que pasar unas pruebas.
-Vale-dije normal- pero…
-Sí vas a pedirnos algo como una niñita mal criada, ahórratelo-me dijo el chico que estaba a mis espaldas y me miraba de arriba abajo.
-No listillo, tan solo iba a pedir que os presentarais porque me estoy mareando.
-Bueno, te presentaré a todos, él es Jacob-señaló al rubio sentado en la silla- y la que está encima es Estefanie pero le llamamos Estef, él es Louis-señaló a un chico moreno que estaba sentado en la mesa de billar- y el que está a su lado es Zayn. Bob es este de aquí-señaló a un pelirrojo con cresta que estaba sentado en el suelo al lado de Lana- no te acerques a él, es mío-comentó causando algunas risas-Bueno, a Liam ya lo conoces, el pesado que no para de mirarte es Harry, y aquel que está de espaldas y hablando por teléfono es Niall, y las gemelas son Lourdes y Bianca, francesas-pausó-y bueno, todos juntos formamos los lobos-concluyó con una sonrisa.
-Bien, casi no me he enterado, pero ya me los aprenderé-pausé-y… ¿Qué pruebas tendré que pasar?
-No te diremos si pasas o no la prueba, de hecho no te diremos que te estamos haciendo una prueba-dijo Harry, bueno si era él.
-Haber que me aclare, yo haré una pruebas pero no sabré que esté haciendo la prueba, ¿no?
-exacto-me confirmo Liam con una sonrisa.
-Genial, odio las pruebas-comenté causando algunas carcajadas.
-Bueno, creo que es hora de irnos, ella tendrá que ir a su casa-empezó a despedirse Lana. Mañana por la mañana vendremos y ensayaremos.
-Hasta mañana-contestaron todos.
Lana y yo volvimos al parque donde nos despedimos y cada una partió para un lugar diferente.
Entré a mi casa con mucho cuidado y directamente fui a mi habitación, donde me puse a pensar en todo.
¡No me lo podía creer! ¡Estoy casi dentro de una banda! Bueno, casi, tengo que pasar unas pruebas sin que lo sepa.
