Capítulo vientiuno.

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-Pero mira a quién tenemos aquí-oí una voz con tono burlón a mis espaldas-si es la pequeña lobo.

-Oh, pero mira quién está aquí-empezó Niall con el mismo tonto-al pirata cojo.

-¿Cojo?-preguntó extrañado uno de los amigos de Thomas.

-Sí, cojo, ¿No ves que no sabe bailar?-terminé yo con una risa.

Me di la vuelta y comencé a caminar hacia la salida del instituto junto con el rubio.

Tenía que dar gracias por haberme inscrito en el mismo instituto que el de Niall, ya que si me llego a inscribir en otro colegio y hay un chico tan tonto como Thomas y no tengo a nadie, me suicidaría.

-¿Qué haremos esta tarde?-pregunté cuando empezamos a andar hacia mi calle.

-No lo sé-pauso- hoy no tenemos ensayo…

-Ya, la verdad, me aburren los días que no tengo ensayo.

-Lo mismo me pasa a mí-añadió con una sonrisa-por cierto…-pasó su mano derecha por su nuca- ¿Vendrías esta tarde al parque?

-Claro-le sonreí.

Desde hace varios días, Niall no paraba de invitarme a pasar las tardes con él, ¿Tendría que preocuparme? No creo que lo tenga que hacer, no es como si fuera un psicópata violador.

Llegamos a la puerta de mi casa y le invité a pasar, como cada día.

-Mamá, ya estoy en casa-grite como de costumbre a todo pulmón.

-Vale-respondió ella- si Niall está aquí, dile que en la nevera hay pastel, que se lo lleve a su madre.

-De acuerdo-gritó también Niall con una sonrisa.

Nos dirigimos a la cocina y preparamos cada uno su bocadillo.

[…]

-Y…entonces, ¿Esta tarde te vas con Niall?-preguntó un muy curioso Andy

-Sí, iremos a dar una vuelta o algo de eso-respondí sacando el conjunto que me iba a poner esta tarde.

-Le gustas-afirmó con una sonrisa.

-¿Qué dices? claro que no le gusto-aclaré nerviosa. Odiaba que me dijeran ese tipo de cosas, ¿No podían callarse y ya está?

-te digo yo que sí-pausó-pero dejémoslo en no, porque no quiero pelear contigo.

-gracias-suspiré y me tiré  a la cama boca-abajo- y dime, ¿Estás interesado en alguna chica?-pregunté pícara.

-No, todas aquí son estiradas-reímos.

Me metí al baño después de hablar con Andy un poco más, y me empecé a vestir para la salida de esta tarde.

Salí del baño y vi a Niall sentado en mi cama de espaldas a mí, y con mi guitarra en mano.

Sin hacer ruido, me senté de espaldas a él en el suelo y me dispuse a escuchar los tan bellos acordes que tocaba.

¿Desde hace cuanto tiempo sabía tocar así la guitarra? Por cada movimiento que hacía, me perdía más en el sonido que transmitía.

Yo sabía tocar la guitarra, pero estaba muy lejos de tocarla  como él.

Me levanté al oír como dejaba la guitarra.

-Podrías enseñarme algún día-comenté dándole un pequeño beso en la mejilla

-¿Me has oído tocar?-se puso rojo

-Sí, y déjame decirte que lo haces de maravilla.

No contestó y recogió su chaqueta de encima de mi cama-¿Lista?-preguntó.

-Sí-sonreí.

Salimos de mi casa después de despedirnos de mi madre, mi prima y Andy.

-¿Qué tienes pensado hacer?-pregunté una vez empezamos a caminar hacía su coche.

-He pensado en que podíamos ir a cenar a algún restaurante y luego podríamos dar una vuelta por algún parque.

-Claro, sería perfecto.

Nos subimos al coche mientras comenzábamos un nuevo tema de conversación que no era de mucha importancia.

-Llegamos-anunció.

Miré por la ventana y vi un pequeño restaurante. Al entrar noté como era muy rústico y la verdad, me gustaba.

Era acogedor.

-¿te gusta?-preguntó.

-Claro.

Nos dirigimos a una mesa y esperamos a que vinieran a atendernos.

-Bienvenidos, ¿Qué desean?-dijo una voz  cansada procedente de una señora mayor.

Pedimos nuestra comida y volvimos a hablar sobre cualquier cosa.

-Y, dime, ¿Hay alguna chica?- ¿por qué esas palabras salieron de mi boca? Solo a mí se me ocurre decir eso.

-La verdad es que sí-mierda, por esto no quería saberlo. Estaba empezando a sentir cosas por Niall, y no lo podía permitir-pero ella no lo sabe, y creo que no siente lo mismo por mí-suspiró.

¡Esa chica es tonta! ¿Cómo no va a querer a alguien como él?

-Si no lo intentas, no ganas-añadí simplemente, no quería profundizar en ese tema.

Dos minutos después, nos trajeron nuestros pedidos y cenamos entre sonrisas, risas y muchas cosas mal.

 […]

-el cielo está precioso-comenté cuando me tumbé en el pasto de un parque.

-no tanto como tú-alagó por décima vez esta noche.

-Cállate anda-suprimí una risa nerviosa.

Él rió y se tumbó  mi lado.

Giré mi cabeza y vi como su boca estaba a escasos centímetros de mí.

-Lizzy…-empezó, pero fue interrumpida por el sonido de mi móvil. ¡Oh, vamos! ¿Quién me tenía que llamar ahora?

-¿Lizzy?-oí que me al otro lado de la línea- venir a casa rápido-colgaron.

Pude distinguir la voz de mi prima así que no lo dude y me dispuse a irme.

-Tenemos que irnos, mi prima me acaba de llamar-anuncié

Sweet DanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora