Capítulo treceavo.

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-Mamá, ¿Pues apagar la luz?-le dije adormilada. No tenía ganas de levantarme.

-Nada de eso señorita, hoy tenemos la entrevista con un de tus posibles colegios-anunció.

Mierda. No me quería levantar, y mucho menos para buscar un colegio.

Ayer volvimos como a las cinco de la mañana, y encima tuvimos que subir todos en un mismo coche ya que a Bob se lo habían quitado.

-Vale, Vale-me di por vencida.

Me levanté de la cama y al reflejarme en el espejo de cuerpo entero  de mi habitación casi grito, ¿Esa era yo? ¡Valla pelos!

Reí al darme cuenta de las pintas que llevaba.

Parecía que tenía un nido en la cabeza, tan solo tenía la parte de abajo del pijama, la parte de arriba la cubría la pequeña camisa que llevaba ayer y mis pies estaban cubiertos cada uno por un calcetín diferente.

Terminé de reírme de mí al darme cuenta de que mi madre me observaba con una cara no muy simpática desde la puerta de mi habitación.

Le sonreí y me metí al baño todavía riendo. Me duche e hice todas mis necesidades.

-¿Vas a desayunar?-preguntó mi madre- si lo vas a hacer tendrás que llevarte un zumo y unas galletas para el camino, tenemos hora para la entrevista, y no quiero llegar tarde-añadió antes de poder contestar.

Hice lo que me dijo, salimos de nuestro hogar y nos dirigimos al garaje.

-¿Cómo se llama al colegio?-pregunté una vez subida en el coche.

-London Business School-contestó con una sonrisa-¿A qué suena bien?-no respondí-además, me han dicho que hay baile.

-¿En serio?-sonreí. Mi madre sabía cómo llamar mi atención.

Después de cinco minutos en coche, mi madre paró y salió del coche, ¿Para qué hemos cogido el coche si solo son cinco minutos? Seguí a mi madre y entró en el colegio que supuse que sería mi nuevo instituto si todo salía bien.

Entré y lo primero que vi fue a mucha gente con uniforme. << ¿Es qué nunca me libraré del uniforme?>> Pensé. Me llevé alguna que otra mirada, ya que yo iba con un estilo algo diferente.

-Hola, estamos buscando al director-preguntó mi madre a una secretaria.

-Sigue todo recto y luego dobla a la derecha y ya llegas-respondió esta con una sonrisa.

Nos pusimos a seguir las órdenes y llegamos a una puerta marrón.

Tocamos y esperamos el ‘Pase’ del señor director. Se abrió la puerta y de ella salieron un señor, que supuse que era el director y un chico más o menos de mi edad.

-Qué no se repita ¿De acuerdo, Thomas?-reprochó el señor.

-Sí, sí, no lo vuelvo a hacer-respondió desinteresado con su mirada en mi.

Me sentó cohibida por su mirada, ¿Por qué me miraba? ¿Es que nunca había visto a una chica en un colegio donde se lleva uniforme sin que lo lleve?

El supuesto director nos hizo entrar y sentarnos en unas sillas que estaban enfrente de su escritorio.

-Buenos días, soy el Director Thompson y también doy clase de historia a los de cuarto-pausó- supongo que usted es la señora Moons y ella es Lizzy Moons ¿No?

-sí.

Mi madre y el director empezaron una charla sobre las normas del colegio, y todas esas chorradas. No entiendo por qué en todos los colegios te repiten las normas cuando eres nuevo, ¡Todas las reglas son iguales!

[…]

Salimos de aquel centro y nos volvimos a sentar en el coche. Genial. Ya tenía colegio.

-¿Te gusta tu nuevo colegio?-me preguntó mi madre poniendo el coche en marcha.

-Creo que lo único que me gusta son las extraescolares-hice una mueca.

Llegamos a casa y vi la hora, ¡Las doce y media! ¡Llegaba tarde al ensayo!

Subí las escaleras corriendo y me cambié de ropa a algo más cómodo para bailar.

Salí corriendo y le pedí las llaves del coche a mi madre.

-Ten cuidado hija, te quiero-oí que gritó, no me dio tiempo a responder ya que había cerrado la puerta.

Subí al coche y conduje hasta la guarida de los lobos.

Entré a la guarida y estaban todos sentados en el suelo en círculo. ¿Qué hacían?

-Hola chicos, siento el retraso, pero mi madre se ha empeñado en ir a la entrevista a las nueve para un colegio y se ha alargado-avisé cuando me senté en el círculo.

-No pasa nada-Contestó Dana.

-¿Qué hacéis?-preguntó extrañada.

Todos tenían una cara de resaca que no podía con ella, y el sueño no les ayudaba.

-Vaya caras-añadí burlona.

-¿Por qué tu siempre tienes buena cara?-dijo Lourdes- tú tienes que tener una crema o algo, no es normal que te acuestes a las cinco de la mañana y te levantes a las nueve y sigas igual de guapa que siempre-me sonrojé.

-No decir tonterías no tengo ninguna crema, simplemente estoy acostumbrada-me levanté del suelo y me dirigí al equipo de música. Cuando puse la música oí un gruñido general y reí.

-Venga, a mover esos culos, ¡Tenemos que entrenar para ganar!-grité animándolos.

-Esta tía se tiene que drogar, esto no es normal-soltó Niall. Genial. El que me faltaba, estaba algo cabreada con al después de lo de anoche.

-No me drogo, simplemente no soy tan vaga como vosotros.

Después de unos quince minutos conseguí que todos estuvieran de pie.

-Bien, ya estamos de pie, enséñanos la coreografía-dijo Louis.

-Estáis equivocados, no pienso enseñaron ninguna coreografía, y mucho menos montarla yo sola-avisé.

-No seas egoísta-bramó Niall.

-¿Qué no sea egoísta? ¡No soy egoísta! –respondí casi sin paciencia.

No pensaba montar ningún paso, se supone que somos un equipo, y los equipos lo hacen todo juntos, no solo uno.

-Sí lo eres porque no quieres enseñarnos la coreografía para poder ganar-añadió.

-Aclararme una duda, ¿Todas las coreografías las ha montado una sola persona?-Todos asintieron con la cabeza- bien, ahí tenéis la razón por la que no ganáis.

-No creo que sea por eso-se ve que hoy Niall amaneció contra mí.

-Sí lo es, haber, supuestamente sois un equipo, ¿No? Pues yo aquí no veo ningún equipo.

-Pues estás ciega-cementó el mismo.

-¡Tan difícil es  de comprender! Si solo yo monto la coreografía, solo será a mí a  quién le salga perfecta-pausé-pero si la montamos todos, con todas y cada una de nuestras habilidades, a todos nos saldrá perfecto-finalicé.

-Pues yo no l…-empezó Niall.

-¡Cállate! ¡No tienes ni idea de lo que es estar en un equipo! Si solo estoy aquí para montaros una estúpida coreografía os podéis ir despidiendo.

-¡No me mandes callar!-gritó de vuelta el rubio.

Decidí ignorarlo.

-Y bien, ¿Estáis dispuestos a ser un equipo o me voy?-amenacé.

-Seremos un equipo-respondieron a coro.

-Genial-pausé- ahora quiero que nos pongamos en un círculo, pondré música y cada uno demostrará su especialidad-pause-improvisando.

Sweet DanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora