Capítulo quinceavo.

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Pegué mi espalda a su pecho y empecé a moverme lento, muy lento. Veía su sufrimiento a través de sus ojos. Intenté no soltar una carcajada al darme cuenta lo que le estaba causando, ¿Tan rápido se enciende?

-¿No quieres tocarme?-dije casi rozando nuestras bocas, cuando vi que se iba a acercar para besarme me alejé con una sonrisa. Tan solo necesitaba provocarle un poquito más y me tocaba.

Seguí moviéndome, pero ahora no tan sensualmente ya que me fijé en las demás parejas a través de espejo, y creerme, fue muy difícil no soltar una enorme carcajada. Todos estaban con los ojos cerrados y con cara de: “Tenme compasión” las chicas hacían de todo para que abrieran los ojos.

Volví a mi trabajo y tan solo un minuto más, perdió.

Me tocó. Noté como su mano se posaba en mi cintura y me atraía hacía él para pegar mi pecho con su pecho.

Miré a sus ojos,  y saqué una sonrisa maliciosa.

-¡Parar, parar! ¡Niall tocó a Lizzy!-oímos que gritaba Louis, mientras que pitaba con un silbato que no tenía ni idea de cómo lo había conseguido.

-Bien, pues ponerle un castigo-anuncié dirigiéndome hacía la pequeña nevera para coger agua.

-¿Por qué no se lo pones tú?-me miró confuso Liam.

-Porque las sueltas como yo ponen castigos muy duros para una muñequita-contesté indiferente.

-¡No soy una muñequita!-gritó el insultado.

Reí.

-Demuéstralo, haz cine flexiones-respondí.

Hico una mueca y se puso en la posición para hacer las flexiones.

Cuando iba por la décima, me acerqué a él y me senté encima haciendo que se estrellara contra el suelo.

-Si no fueras una muñequita abrías aguantado-me burle.

Se levantó del suelo, y empezó a decir cosas a las que no presté atención.

-¿Seguís teniendo vergüenza bailar delante de vosotros?-pregunté.

Todas las chicas asintieron.

-¿Vosotros no? Tranquilos, tengo la solución. Chicas sentaros allí-mandé a las chicas que se sentaran en el espejo para poder ver a los chicos bailar- vuestra prueba será improvisar cualquier baile con la música que yo decida poner, ¿De acuerdo?-asintieron no muy convencidos- ¡Genial!

Fui al equipo de música y vi como los chicos se esparcían por casi todo el salón. Preparé la canción.

-¡Chicas, prepararos, tendremos baile de nuestros sexys Lobos!-grité.

Di al play y sonó una canción que no reconocí, me senté donde las chicas y estuve atenta a cada movimiento que daban. No quería perderme ni un solo segundo de este espectáculo.

-¡Vamos chicos!-gritó Estef.

Reímos y seguimos observando cómo se movían. Lo hacían muy bien.

Miraba a todos los chicos, y me sorprendí al darme cuenta de que eran unos perfectos bailarines, tan solo les faltaba un empujoncito para perder la vergüenza y listo.

Cuando terminaron, aplaudimos, y nos pusimos de pié.

-Bueno chicos, lo habéis hecho genial, pero me tengo que ir, mañana empiezo en el instituto-hice una mueca.

-¿A qué instituto vas?-curioseó Bob.

- London Business School-contesté- Decirme por favor que alguno de vosotros va a ese.

Solo una persona levantó la mano, y, que causalidad, ¡Niall iba al mismo colegio que yo! ¡Qué alegría!

-¿Nadie?-bufé-valla, me aburriré más que una ostra-añadí. Las chicas reían al ver la cara de Niall al no tomarle en cuenta.

Me despedí de todos y me dirigí al coche de mi madre, estaba agotada.

[…]

-¡Ya voy, Ya voy!- Grité al despertador.

Me levanté de la cama y lo primero que hice fue bostezar, ¡tenía un sueño horrible!

-¿Hija, estás despierta?-gritó mi madre por el hueco de las escaleras.

-Sí-grité de vuelta.

Me observé en el espejo y casi lloro, tardaría años en poner mi pelo en buen estado.

Cogí el uniforme nuevo de la silla de mi escritorio y me adentré en el baño para ducharme y cambiarme.

Salí ya vestida, peinada y lista para un –horroroso- primer día de clases.

Bajé a desayunar con mi madre y cuando terminé, nos dirigimos al colegio, aunque esta vez andando, por petición mía.

-¿Crees que te sabrás el camino de vuelta?-preguntó mi madre con una sonrisa.

-Claro mamá, no tenga tan mala memoria.

Me despedí de ella y entré a mi nuevo colegio, ¡Valla jardines! Observe un poco más pero alguien llamó mi atención.

Niall. Estaba apoyado contra un árbol y con sus auriculares puestos.

Pasé delante de él sin hacerle caso, y antes de poder entrar al edificio algo atrapó mi mano, o, ¿Debería decir alguien?

-Hola Lizzy-saludó el cara dura con una sonrisa, ¿Qué parte de que me ignore no entiende?

-Hola Niall-respondí seca.

-Oye… yo quería pedirte perdón por lo de ayer…-pausó- es que no tuve un buen día, y la pagué con quien no debía, y con eso del ensayo de los lobos más aun.

Iba a responderle, pero alguien nos interrumpió.

-Hola duende, veo que traes compañía-dijo un chico. Me fijé bien y era el chico que salía del despacho del director antes de nuestra entrevista.

-Hola, Thomas- Le devolvió el saludo  sin ninguna pizca de emoción-y no me llames duende.

-De acuerdo, pero podrías presentarme a tu novia ¿no?-añadió burlón.

¿Creía que estaba sorda o algo por el estilo?

-No es mi novia, tan solo es una chica de la banda-aseguró el algo nervioso.

-Mejor aun, tendré el camino libre-sacó una sonrisa triunfal que casi me deja sin aire en los pulmones, ¡Este chico era un dios del Olimpo!

Le devolví la sonrisa, pero la borré enseguida al escuchar un bufido.

Sweet DanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora