capítulo 3

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Charlotte fue guiada por el ama de llaves a donde su rubia amiga la esperaba con todo listo para el picnic que ya habían acordado. El día anterior cuando le llego una nota que decía que estaba indispuesta y que no asistiría al baile de máscaras creyó que el picnic se cancelaba pero esa mañana recibió otra misiva diciendo que se recompuso milagrosamente y que el picnic seguía en pie.

-Parece que jamás hubieras enfermado te veo llena vida y bastante ¿alegre?- dijo Charlie sentándose en la manta bajo el árbol de naranjo.

-¿Qué insinúas? ¿Qué estaba fingiendo? Pues déjame decirte que si es así, estas totalmente en lo cierto- concluyó metiéndose un panecillo en la boca como si no acabara de confesar su mentira.

-¿Y tu madre no sospechó nada?- inquirió curiosa la castaña con una ceja alzada acostumbrada a las excentricidades de su amiga.

-Naturalmente me descubrió en la mentira cuando esta mañana me vio rebosante de salud, pero lo hecho no se puede cambiar y por ende sus reprimendas son fácilmente evadibles- se encogió de hombros restándole importancia, mientras sonreía de manera maliciosa, nada acorde a su dulce rostro.

-La cuestión es ¿Qué hiciste en la noche? no creo que te perdieras el baile por quedarte a dormir- su amiga no era de esas, disfrutaba de las veladas nocturnas y bailar se le daba bastante bien.

-Estas como siempre en lo correcto, esa noche tenía que comprobar algo importante, sabes que nunca escribo nada sin cerciorarme y como sospeche un marques intachable se frecuenta con una mujer de bastante dudosa reputación en un lugar de mala muerte, mañana leerás sobre ello- dijo en modo confidente y cerciorándose que nadie más las escuchara.

-Sophia, te he dicho que estas cosas no me gustan, no debes ventilar los deslices de medio Londres...- inmediatamente su amiga la corto con su ya conocida excusa.

-No pongo nombres, a veces alguna referencia física, tampoco el título de nadie, es solo diversión que no solo yo disfruto he visto a mi madre reír con esa columna y tratar de descifrar la identidad de los pecadores miles de veces, no le hace daño a nadie- se defendió sin elevar demasiado la voz y adquiriendo una apariencia más rígida.

-Bien solo pido que no te arriesgues más de lo necesario, tú lo has dicho es solo diversión, no debes andar por ahí escabulléndote ni poniéndote en peligro- detuvo su sensato consejo sabiendo que caía en saco roto -prométeme que no te arriesgaras demasiado - pidió como último recurso.

-Está bien, aunque sabes bien que no soy una dama precisamente indefensa, Michael me enseño a defenderme- dijo segura de sí misma -pero ya dejemos el tema atrás ¿Qué tal la mascarada? Dicen que estuvo esplendida y también me comento mi madre que te fuiste temprano porque estabas indispuesta y yo te veo más que bien.

-Fue solo un dolor de cabeza nada grave- mintió mientras tomaba un poco de té para no ver a su amiga a los ojos.

-Dime la verdad, yo no tengo reparo en contarte mis más escandalosos episodios- respondió con soltura la rubia.

-Bien- dijo antes de respirar hondo.

Charlie comenzó a relatar todos los acontecimientos de la noche anterior, desde su escapada a los jardines, el encuentro con el indeseado Lord Essex, como su salvador había aparecido en el momento oportuno para liberarla del aprovechado granuja, la discusión posterior a eso y por ultimo le confeso como paso buena parte de la noche en su habitación pensando en cómo sería ese rostro sin antifaz y a plena luz del día.

-¡Wow!- exclamo pasmada Sophia y con brillo en los ojos - ¡Me pierdo una velada y tú encuentras a tu ángel salvador!

-No es mi ángel salvador, fue solo fue una casualidad- respondió mientras frotaba las manos en su vestido con evidente nerviosismo.

Complicando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora