La oscuridad era lo único viable a su alrededor a sus oídos únicamente llegaba esa conocida voz, que no confundiría ni siquiera dentro del salón más ruidoso, que solo podía ser de él, masculina, profunda y a la vez suave, y que mientras la escuchaba ya no se sentía tan sola a pesar de estar rodeada por la espesa oscuridad.
Su vista se fue adaptando lentamente a la luz de la estancia que rápidamente identificó como su habitación, a su lado estaba Sophia, Lucie y un hombre que suponía por su atuendo el doctor. Ambos la miraban expectante esperando seguramente que pronunciará una palabra aunque su cabeza parecía incapaz de dar la respuesta que ellos esperaban.
-Ya despertó- se adelantó a decir el doctor remarcando lo obvio.
-Yo...-dijo algo insegura, mientras sostenía su cabeza debido al dolor que iba en aumento.
-Estos accidentes siempre ocurren, digame ¿Cómo se siente milady?- procedió a preguntar el señor vestido de blanco, que la miraba buscando seguramente algo fuera de lo normal.
-Bien, con un poco dolor aquí- respondió aún aturdida y tocando la posterior de su cabeza
-Es normal, iré a informar a sus familiares que despertó milady- explicó el doctor examinándola detenidamente.
-Espere- lo detuvo Sophia que se había mantenido en silencio -¿No nos dirá que sucede antes doctor?- cuestionó algo impaciente.
-Ella está bien, perdió el conocimiento debido al golpe pero todo está en orden- concluyó antes de salir de la habitación a informar seguramente a su hermano y madre.
-Tu padre no merece consideración de nadie ni siquiera de Dios- espetó la rubia una vez el doctor estuvo afuera.
-¿Cómo llegaste tan rápido?- cuestionó evasiva mientras la examinaba detenidamente.
-Eso no es importante ahora- le restó importancia antes de sentarse en su cama.
-Sophia- dijo su nombre en forma de advertencia.
-Lord Granby verdaderamente siente algo por ti, debiste verlo, de no ser por tu inoportuno hermano el rostro de Lord Beaufort sería ahora una linda pintura en violeta, verdusco y rojo- río casi emocionada.
-Eso no responde como llegaste tan rápido- la corto aunque añoraba seguir escuchando sobre lo sucedido.
-No me gustaría hablar de ello- se sinceró sin mucho ánimo.
-¿Me ocultas algo?- fue lo único que pudo responder.
-Como seguía diciendo tu prometido, estaba hecho una furia, él mismo té cargo a tu habitación, aún cuando tú hermano se mostró reacio a la idea y pasando por sobre el decoro, estaba tan molesto, que poco le importó la mirada escandalizada de tu madre- finalizó con lo más parecido a una mirada soñadora que había visto en ella.
-Ahora dime ¿Cómo llegaste tan rápido?- volvió a preguntar.
-Tu madre me pidió que las acompañará a realizar las diligencias de la boda, para hacerte sentir más cómoda, sería una sorpresa- explicó con una sonrisa triste -Eso es muy lindo si tomamos en cuenta lo poco que le agradó a Lady Beaufort.
-Oh- fue lo único que atinó a decir.
-Cuando llegaste tomaba té con ella, no quiera mencionar el tema de la boda Charlie sé lo mucho que te afecta- terminó de decir.
Su cabeza daba tantas vueltas que comenzaba a doler cada vez más, no estaba segura si era por el golpe en su cabeza o por las declaraciones de su amiga.
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Complicando al amor
Historical FictionCharlotte Lowelace, hija menor de Lord y Lady Beaufort. Es casi la personificación de lo que una joven inglesa debe ser, desde su cándida apariencia hasta sus delicados modales, con un pequeño detalle en su actitud no siempre dócil y complaciente. E...