Capitulo 27

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Dominik se apartó de la mujer de un tirón cuidando de no lastimarla en el proceso, a pesar de todo no podía ignorar ella posiblemente llevaba un un hijo suyo en su vientre.

-Domi, escapa conmigo, lejos de todo y todos- suplicó con las lágrimas arremolinándose en sus ojos, de una manera que ya conocía casi de memoria, pero que no lograba conmoverlo, ya no.

-Te lo pedí en algún momento, mucho antes de estar comprometido, te lo suplique Amber, ahora es tarde, mi corazón pertenece a Charlotte Lowelace- confesó apartándose de ella lo más posible, algo en su presencia lo hacía sentir incómodo, quizá era su mirada llena de odio, la noticia que acabada de darle o remordimiento que le causaba todo eso.

-¿Esa es tu elección Dominik?- preguntó ella de manera casi amenazante, como si fuera otra persona, como si ante él tuviera a un mujer totalmente diferente, al ángel que en algún momento creyó amar, parecía tan distante como esos días.

-He sido lo suficientemente claro Amber- confirmó enfrentándola, demostrando su postura inflexible.

-Es tu bastardo Dominik, no lo hice yo sola, no puedes dejarme así- volvió a amenazar señalándolo con su dedo índice.

-Esta bien- cedió cansado de lidiar con ella y aunque quizá esa decisión lo haría perder a su prometida, no podía ignorar a ese bebé que era un inocente.

-¿Cuándo nos iremos?- cuestionó emocionada, limpiando el resto de lágrimas que aún conservaba -Podemos ir a Francia o quizá mucho más lejos...- fantaseo ella con una sonrisa radiante.

-No Amber- la cortó en seco -Yo le daré lo que necesite, lo llevaré a vivir conmigo, tendrás permiso de verlo o verla solo en ocasiones limitadas- sabía que lo que hacía no era del todo justo, pero tampoco estaba dispuesto a huir con ella, no la conocía como creía, tampoco la amaba, ahora comprendía que eso tan ferviente que sentía, era solo una cosa, pasión, y pensar que tantas veces su amigo se había esforzado en aconsejarlo y él se negaba a escucharlo.

-¡Me niego Dominik! ¡No me harás esto a mi! ¡juro que me vengare!- vociferó mientras se alejaba nuevamente entre la sombras y huía antes que siquiera pudiera reaccionar, algo le decía que ella no mentía, no esa vez.

-¡Dominik!- Dijo la rubia hermana de Michael, corriendo casi desesperada, a travez del laberinto con lágrimas en sus ojos.

-¿Qué sucede?- cuestionó atendiendo a la muchacha que parecía desesperada y algo asustada.

-No encuentro a Charlotte, estaba por acá justo hace unos segundos ¿La vio Milord? Dígame que la vio- pidió fuera de sí mientras daba vueltas alrededor, buscando seguramente a su prometida.

-¿Charlotte? ¿mi Charlotte? ¿Hace cuánto estuvo acá? ¿porque acá?- su cabeza funcionaba más rápido que nunca imaginando los diferentes escenarios, ella no podía haberlo visto, solo faltaba una semana para su boda, ella no podía...

-Debemos darnos prisa Milord, no pueden sacarla de la mansión tan fácil- apremió la joven aristócrata confundiéndolo mas que al inicio.

-¿Qué sucede Lady Browing?- preguntó deteniendo su paso apresurado, merecía una explicación aún cuando su cabeza estuviera más revuelta que nunca.

-Milord, usted no tiene ni idea, nadie la tiene, es difícil y largo de explicar y justo ahora no contamos con mucho tiempo para justamente eso-dijo la rubia tomando aire, recordando esa noche desafortunada en la cual se enteró de tantas cosas que desearía ignorar -Solo debe saber que alguien peligroso, con título y posición, está tras sus pasos, y créame que no dudará ni un instante en hacerle daño- concluyó tragándose las lágrimas y concentrándose en lo que realmente importaba en ese momento, su amiga.

Complicando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora