Capítulo 14

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Charlotte ingresó a la mansión de los Browning con los sentimientos a flor de piel, no solo por los recuerdos de la noche anterior arremolinados en su mente y en su cuerpo como una tempestad siendo su estómago el eje central de aquel embrollo, sino por las nefastas noticias que su padre le trajo en su inesperado regreso.

-Sophia- la saludo con un fuerte abrazo sintiendo el gesto reconfortante, dejando a su amiga algo desconcertada –no tienes idea cuanto necesitaba verte y hablar contigo- hablo nuevamente cuando se separaron.

-Por tu semblante debe ser algo serio ¿Te han dado otra nota? ¿Intentaron hacerte daño?- reaccionó la rubia inspeccionando cuidadosamente su rostro y sus brazos en busca de alguna herida.

-No, la casa está rodeada de agentes de Bow street y mi hermano no me deja salir sin Lucie y un agente siempre nos sigue- explicó un poco de las medidas extremas que su hermano había decidido tomar.

-¿Qué sucede entonces?- cuestionó con su acostumbrada curiosidad.

-Primero me gustaría saber qué tipo de relación tienes con Lord Hereford ¿Está interesado en cortejarte formalmente?- no podía comenzar a hablar si antes no le preguntaba, el asunto le había dado un par de vueltas en su aturdida cabeza.

-Temía que tarde o temprano preguntarías sobre eso. Las cosas con el vizconde no van más allá de una amistad, me está haciendo un pequeño... favor- se encogió de hombros como si fuese lo más normal que una dama soltera fuese amiga de un caballero en igual condición y peor aún le hiciera favores.

-Bien- atinó a decir antes de continuar acostumbrada ya a la singularidad de su amiga -Primero lo más importante, mi padre ha regresado y quiere que la boda de realice en un mes, justo antes que la temporada llegue a su fin- anunció recordando el almuerzo pactado con los duques y su futuro esposo, en el cual su padre les haría oficial el asunto y al que estaba obligada a ir.

-¿Un mes? Eso es demasiado rápido, desataran rumores innecesarios- recalcó con el entrecejo fruncido –No es como que a mí me interese, pero en realidad esperaba que pudieran conocerse un poco más.

-Pensaran que estoy en cinta, o sabrá Dios que barbaridades- se lamentó -mi padre llegó muy molesto como para intentar razonar con él, esta mañana todos en la casa estaban alterados y hasta cierto punto asustados.

-Yo también lo estaría Charlie, tu padre inspira temor, sabes que no te mentiría- admitió mientras daba un sorbo a su té, que recién habían traído.

Charlotte asintió y luego procedió a contarle lo sucedido la noche anterior sin omitir detalles, incluso le hablo sobre la extraña sombra y la actitud disimulada y pensativa de su hermano durante el camino a casa.

-Te beso en mi biblioteca- una sonrisa que solo se podría definir como picara apareció en su angelical rostro-Te has convertido en una pecadora inocente Charlotte.

Derrotada removió el líquido dentro de su taza suspirando audiblemente ante los recuerdos y las sensaciones que volvían a hacer acto de presencia con la sola mención de lo ocurrido. Si tan solo todo fuera como cuando era una niña, sin muchas complicaciones.

-Charlotte Lowelace no pongas esa cara- la regaño Sophia -Pareces esa pequeña niña que vivía anhelando su príncipe azul, que está claro no existe- espetó con cierto deje de resentimiento en su voz.

-Me gustaría que todo fuera como cuando éramos pequeñas, todo tan sencillo...

-¿Cómo cuando decías estar enamorada y llevabas esa pulsera para todos lados?- recordó con una sonrisa Sophia, solo tenían ocho años y ella se declaraba abiertamente enamorada.

Complicando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora