Capítulo 15

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Rellenó su copa nuevamente con el líquido amarillento, que presumía estaba perdiendo efectividad, aun podía recordar claramente su inocente tormento, incluso se encontraba buscándola en cada rostro femenino, aunque estaba claro nunca la encontraría en un lugar como ese.

-Anímate Dominik, no te traje hasta aquí para que espantes a todas las preciosuras- habló su amigo con los ojos azul brillando con picardía, mientras coqueteaba con una de las damas que circulaban clandestinamente por salón.

Michael era buena persona y bastante responsable en lo referente a su familia, pero no era un secreto que buscaba diversión con su futuro cuñado a menudo en este tipo de fiestas, donde la identidad era resguardada y las estrictas reglas sociales eran más que quebrantables.

-No me agradan estos ambientes y lo sabes, si acepte fue por tu insistencia y por qué James asombrosamente también accedió a venir- concluyó ingiriendo el líquido de su copa precipitadamente, ignorando a las damas que se acercaban de manera magistral.

Browning se encogió de hombros mientras guiaba a su aparentemente nueva compañera a un lugar que desconocía y que no estaba interesado en conocer. Negó con la cabeza antes de buscar a James en el lugar pero no tuvo éxito, el castaño estaba desaparecido desde hacía media hora. Agotado se puso de pie buscando algún lugar menos concurrido, aunque seriamente dudaba encontrar un lugar que no tuviese plagado de parejas en situaciones más que comprometedoras.

Charlotte trago saliva al darse cuenta del grave error que había cometido, aquello era más de lo que imaginó al principio, si alguien descubriera que ella o su amiga estaban en ese lugar.... Prefería mejor descartar esas nefastas posibilidades. Era consciente de la indeseada atencion recibía a pesar que su vestido distaba mucho de los que portaban las otras damas, era uno de los primeros modelos y más llamativos de su madre como mujer casada, su escote no era tan pronunciado como el de las demás, ni su corsé tan ajustado, además algunas de ellas levantaban la falda de sus vestidos de manera que fácilmente se podía ver más allá de sus tobillos y pantorrillas.

-No luzcas tan nerviosa- le apremió su amiga mientras buscaba con la mirada al objeto de su búsqueda y razón por la cual estaban ahí, cosa que le parecía demasiado riesgosa para tratarse de escribir un simple artículo.

Todavía no estaba segura qué la había empujado a aceptar la propuesta de su amiga aunque, pero distraerse de los recientes acontecimientos era una de las razones principales.

-Sophia esto es una locura, jamás debí acceder a esto- se lamentó con sinceridad, imaginando la reacción de su padre si ella no estaba en su habitación antes que llegaran de la velada a la que se libró de asistir fingiendo estar indispuesta.

-Nadie imagina que dos señoritas solteras deambulan por estos lados, además Lord Hereford nos llevara de regreso cuando terminé en breve y tu doncella espera en el carruaje- le restó importancia buscando entre la multitud enmascarada a su objetivo.

-¿siempre vienes a este tipo de lugares?- era imposible no preguntarlo, comenzaba a preocuparse seriamente por su amiga.

-Mi ayudante secreto es quien se encargaba de informarme pero debido a su resistencia y que lord Hereford me debe un favor...- argumento levantando la vista por sobre las personas.

-No me agradan la forma en que nos miran- exclamó consciente de las miradas lascivas y los comentarios mal intencionados. 

-Puedes ir al balcón que está en el lado izquierdo del salón, te veré ahí en cuanto termine con lo mío, si está ocupado entonces ve al pie de la escalera y quédate ahí, no estaré muy lejos- indicó antes de susurrar un tranquila mientras se alejaba de ella dejándola más a la deriva que nunca.

Complicando al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora