A kilómetros de ti. (Camren)

CAPITULO 16

Cuando termine de leer la carta que Camila me había dado de aniversario, caí en cuenta de una cosa:
Estaba malditamente enamorada.

Sí, de una chica que vive en México, de un lugar en el cuál nunca he estado, rodeada de una cultura diferente. Pero ahora después de seis meses estaba dispuesta a conocer.

Sabía que no me quedaba otra opción, conocía si no es a la perfección algo de la situación económica actual de su familia. Y por lo mismo también sabía que debía de hacer yo todo lo posible por ir hasta ella. Hasta México.
Camila trabajaba si, pero la mayor cantidad de dinero era destinada a su casa, para ayudar a sus padres.

La cuestión era:
¿Cómo diablos iba a conseguir tanto dinero?
Mi familia se podría considerar como media-alta. No nos faltaba nada, vivíamos en una zona alta de Los Ángeles y ninguno trabajaba a excepción de mi padre, al que nunca se le veía por estar exactamente "trabajando" aunque podrá sonar que fuera una chica despilfarradora tenía siempre algo de dinero guardado pero después cuando íbamos de fiesta y mis padres no me querían financiar era lo que tomaba así que nunca podría yo sola juntar tanto dinero.

Podía seguir con Camila a distancia como hasta ahora, pero es como si algo cambiará en mi después de esto.
Mi deseo de conocerla en persona y darle todo el amor y cariño que se merece están ahí. Lo que la distancia me lo impide. Y mierda la misma distancia podría llegar a ser lo que ocasionará que terminara con lo que tenemos.
Sacudí mi cabeza en forma de negación, no podía permitir que eso sucediera.

Camila se había convertido en parte importante de mi vida, pero tenía además del problema económico otro más en mi contra:
El permiso de mis padres.
Y por supuesto el que no sabían nada de la existencia de Camila.
¿Cómo diablos decirles a tus padres que estás enamorada de una chica que jamás han conocido?
Que no podré traerla a casa para presentarles, que no podrá asistir a los inexistentes domingos familiares.
No todos se toman muy bien ese tema. La realidad es que las personas están cegadas primero mirando el físico y después el interior, lo que te ofrecen. Y ese es principalmente el problema del porque ahora las relaciones no duran, que acaban en engaños, separaciones y divorcios.

Yo tengo algo más profundo que eso. Estoy enamorada de Camila, de alguien que no puedo tocar físicamente. Pero puedo sentir y tocar su alma tan solo diciéndole el cuanto la amo.
Decidí salir de mis pensamientos, ya después tendría tiempo de pensar en las opciones para poder viajar. Seguía sentada en la silla del escritorio de mi habitación, mire por la ventana y ya había oscurecido. Es increíble cómo pasa tan rápido el tiempo.
Tome mi teléfono en mis manos y le escribí a Camila

Lauren:"Me haces la persona más feliz al leer todo esto. Quiero que sepas que el sentimiento es mutuo.
Te amo mi amor, felices seis meses (de nuevo)."

Escuche como tocaban mi puerta. Me levante de mi sitio y abrí.

—Lauren mamá dice que bajes a cenar.— Taylor asomándose por la puerta.— Te aconsejó que no tardes, ya sabes sigue molesta por como te fuiste ayer.— hizo una mueca.

—Mierda lo que me faltaba, pensé que ya lo habría dejado pasar.— Suspiré.— Bien vamos.

Le dije cerrando la puerta detrás de mi. Íbamos caminando juntas lo que me hizo recordar que no sabía nada de lo que pasaba en su vida últimamente, solo me centraba en mi, de nuevo en mi,en Camila y en mis problemas lo cual no me gusto.

—Oye Tay y..¿como te va? Algo nuevo que me quieras contar?.— Mi hermana solo me miró extrañada.

—Mmm... no todo bien Laur.—Respondió mientras bajábamos los últimos escalones.

—Ok. Sabes que aquí estoy para lo que necesites, ¿De acuerdo? —Dije llegando al comedor.

—Lo se Laur.— Me sonrió agradecida.

Mire a mi madre, se le veía bastante molesta. Con un suspiro me senté en la silla, baje la mirada y solo comencé a comer de la lasaña que tenía delante de mi.
Todo estaba en silencio solo se podía escuchar el ruido de los cubiertos.

—Te quedó delicioso mamá.— Hable rompiendo el silencio. La mire y ella ni se inmutó en responder siguió en lo suyo.

Chris me miró dándome apoyo el cual agradecí. Me concentré en seguir comiendo. Vibró mi móvil en la mesa indicando un mensaje, captando la atención de todos.

—Ni se te ocurra responder.—Dijo mi madre. Claro para eso sí que me hablaba.

—No pensaba hacerlo mamá.—Dije cortante.

—Tal vez te debería de quitar ese móvil para ver si así comienzas a madurar un poco.— Levante la vista mirándola, no me podía creer lo que estaba diciendo.

—El teléfono no tiene la culpa de nada.—Ataque.

—Es que ya no se que hacer contigo Lauren.— Hablo dramática.

—Estoy bien mamá.

—Claro eso dices después de que te largaste ayer y regresaste a sabe que horas y estoy segura que borracha.

—Mamá de verdad no quiero pelear, no hoy.— Respondí encogiéndome de hombros.

—Voy a hablar con tu padre, veamos si a él si le haces caso.—Atacó molesta.

—Hablas de la persona que solo llega a dormir.—Dije despreocupada.

—Eso es por qué trabaja duro para darnos todo lo mejor y mira cómo le pagas.—Exclamó dandole un golpe a la mesa. Nos sobresaltamos debido al ruido que ocasionó.

—Tranquila mamá tampoco es como si lo hiciera todos los días.—Hablo Chris en mi defensa.

—Es que así se empieza Chris.

—Mamá no volverá a suceder, de acuerdo.—Dije tratando de convencerla.

—Espero que sea verdad Lauren.—Término levantándose yendo a la cocina a dejar los platos sucio.—Hoy de castigo, te lavas los platos.—Se fue hacia la segunda planta.

—Claro que me pondría un castigo.— Dije entrado a la cocina.

—Bueno es mejor que haberte quitado el celular.—Taylor dijo dejando sus platos en el fregadero saliendo de la cocina.

Me quedé sola con un montón de trastos sucios por lavar. Revise mi celular esperando que fuera Camila pero resultó ser todo lo contrario.

Keana:"Fiesta en casa de una amiga mía. Necesito que vengas para terminar nuestros asuntos pendientes. Ahora te mando la dirección. Y una última cosa, te voy a estar esperando Jauregui."

Keana me escribió. Salí de su conversación bloqueando el móvil y me dispuse a lavar los platos. Por muy tentadora que sonara su oferta no podía ir. Camila es más importante que Keana, ella es mi novia y le debo respeto.

De ahora en adelante me voy a portar bien como debe de ser. No quiero perderla por alguna tontería. Solo espero que nada me resulte mal y poder seguir con mi palabra.