CAPITULO 32

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—Nena por favor, cambia esa actitud, ¿Quieres?— Bufé. Era en vano decirle aquello a Camila, se había pasado de la misma manera desde que había regresado del antro el día que me regaló el coche papá.

Camila se había dignado a responderme las llamadas cuando regresó de su salida con el imbecil de Shawn. De eso iban dos días y su actitud no cambiaba, dijese lo que dijese.

—Que actitud Lauren, si estoy normal.—La mire incrédula, ahora resulta que yo estaba loca y me imaginaba su manera fría de tratarme. Sonaba loco pero aún así fuera mediante video llamada yo lo podía notar por sus actitudes.

—Shawn tiene que ver en todo esto, ¿Cierto?— Me levante de la cama con la computadora, poniéndola en el escritorio sentándome después en la silla giratoria frente a él.

—¿De que hablas, Lauren?—Respondió desconcertada.

—No te hagas Camila, ¿Es porque yo no te puedo dar lo que él si por la distancia? Es por eso... respóndeme Camila–La mire fríamente esperando a que me contestara, ella solo suspiro peinando su cabello.

—Él no tiene nada que ver, ¿Acaso es él que te invita a irte todas las noches de antro? No verdad. ¿Oh es el que te hace beber hasta que te pierdes? NO VERDAD. ¿Oh es él que te causa que no recuerdes nada de lo que oso la noche anterior? ¡NO VERDAD!

La mire con la boca abierta. Ella jamás me había hablado de esa manera. Agache la mirada, no podía seguir viéndola, no después de todas las acusaciones. Y era verdad la estaba perdiendo yo sola por mis estupideces.

—Yo... Camz discúlpame no se que más quieres que te diga.–Suspiré– Debes de creerme cuando te digo que quiero cambiar, nena solo lo haría por ti.

—Lauren... ya no sé si creerte.

—Nena...

—Lo se Lauren, es solo que te amo tanto y no quiero perderte, solo dime que solo eres mía–Me miró con los ojos vidriosos por las lágrimas que se comenzaban a acumular.

—Lo soy Camz y siempre lo seré. Te iré a visitar a México, nos conoceremos en persona y nos reiremos de este momento juntas.–Dije tratando de calmarla.

—¿Pero eso cuando va a ser? En una año... en dos meses, ¿¡Cuando Lauren?!–Me sorprendí por la manera desesperada en que lo dijo, la mire con los ojos como platos, ¿De verdad estaba afectando tanto la distancia? ¿Oh ella tenía algo más que debía saberlo?

—¿Camz, pasa algo más?–Me arriesgué a preguntar suavemente tanteando el terreno. Camila agacho la mirada suspirando.

—Solo es que... no todo está yendo muy bien aquí, papá está teniendo demasiados problemas en poner de pie de nuevo las sucursales y yo...—Dejo de hablar alzando la vista para mirarme al fin y pude ver su mirada cargada de preocupación.

—No lo sabía Camz, pero supongo que debes de apoyarlos.

—Lo sé y lo hago pero... él solo dijo que serían unos meses qué tal vez tres y ya llevo seis meses trabajando y estudiando a la vez, no sabes lo duro que es Lauren–Comenzó a derramar lágrimas–Y yo solo quiero a mi novia cuando regresó cansada de un largo día pero resulta que se fue a perderse en el alcohol de nuevo— Se limpio las lágrimas que bajaban por sus mejillas y a mi se me rompió el alma.

Yo era una maldita hija de puta que no me la merecía, que todo lo que debía hacer era apoyarla y ni siquiera eso hacía bien, en lugar de hacerle bien era algo peor para ella. Camila tenía toda su fe en mi, en que yo te la que iba a ir hasta ella y cambiaría está relación, ¿y que era lo que hacía yo? Defraudando la una y otra vez.
Era tan malditamente egoísta que jamás le había preguntado cómo iban las cosas en su vida más allá de lo que ella me decía.
Ahora entiendo que un "estoy bien" muchas veces esconde miles de problemas detrás.

—Camz, yo no sabía nada de esto.—Sentí como comenzaron a llenarse mis ojos de lágrimas—Si lo hubiera sabido créeme que todo sería diferente. Soy una estupida que solo piensa en ella misma cuando tiene a la mejor persona a su lado pero desmoronándose. Lo siento tanto mi amor, yo voy a estar para ti, al menos en forma de textos, llamadas y Skype, pero te prometo que iré hacia ti, de verdad que lo prometo–Termine de hablar y una lagrima rebelde  bajo por mi mejilla.

—No llores mi amor, era lo que menos quería provocar. Te creo, realmente lo hago—Me miró a los ojos al decir aquello. Era una promesa que no debía de romper por nada del mundo.

—Te amo Camz, jamás lo olvides.–Puse una mano en mi pecho, justo donde se encuentra el corazón.—Es una promesa nena.

—Es una promesa Laur.—Sonrió al ver mi acción situando su mano justo de la misma manera que yo. La amaba tanto que me asustaba, pero debía ser valiente por ella, por las dos.

A kilómetros de ti.  (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora