CAPITULO 14

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Me subí a un taxi como pude. Dejando atrás el antro en que estaba. Aún tenía mi celular pegado a la oreja. Pero en el no se escuchaba nada mas que la respiración de Camila.

—Camz... por favor dime algo.—Me estaba comenzando a desesperar su silencio. Tanto así que la preocupación combinada con mi desesperación me habían bajado un poco mi estado de embriagues.

—Que quieres que te diga.—Habló Camila molesta.—Ya hiciste todo lo que podías hacer, ¿no Lauren?.

Dios Camila estaba tan molesta lo podía escuchar. Y es que si la había cagado. No le había dicho en ningún momento a dónde me iba. Después de escribir ese ultimo mensaje, un "te amo" . Apague el móvil reuniéndome con las chicas después para ir al antro.

¿Que cómo Keana apareció ahí? No lo sabía. Me llegaron vagos recuerdos que ahora mismo no importaban, todo lo que importaba era obtener el perdón de Camila.

—Camz, yo se que no debí venir aquí pero tuve una discusión con mamá y...

—¡Y no podías decírmelo! DIME LAS COSAS LAUREN.—Me interumpio.—No sabes lo frustrante que es el que tu novia este a kilómetros de ti y no saber nada de ella por horas.... Maldita sea, ¡llegue a pensar lo peor!.—Finalizo diciendo eso ultimo llorando.

—Yo... no llores Camz, sabes que odio que llores.—Era una idiota no la merecía, pero también era bastante egoísta como para dejarla ir.

—No Lauren, ¡No!.

—Camz mi amor por favor perdóname. Yo... no lo volveré a hacer .—Le rogué prácticamente, no soportaba la idea de perderle. De no saber nada de ella mañana, de no poder decir el cuanto la quería.

—No me prometas nada que no harás y mucho menos si no estas en tus cinco sentidos.—Hablo cansada. Observe el reloj que llevaba el taxi y pude ver que era demasiado tarde para que ella estuviera despierta.

4:00 a.m. de la mañana.

—Camila debes creerme.—Suplique una vez más.

—Señorita hemos llegado.—Dijo el conductor. Saque unos billetes sin siquiera contarlos y salí del coche.

—Camz...—Dije triste.

Entre a casa sigilosa. Me ayudo que mi borrachera se me bajara. subí a mi recamara y ahora si que cerré con llave. Camila seguía en la línea pero se encontraba en silencio.

—¿Mi amor sigues ahí?.

–Si...—Contesto apenas en un susurro.

Me quite los zapatos y jeans tumbandome en la cama.

—Solo dame un oportunidad de demostrarte lo que te amo. Yo se que mañana cumplimos meses de novias, solo... no arruines mi regalo de cumple mes.—Trate de convencerla.

—Esta bien Lauren, pero que quede claro que es la ultima vez.—Dijo dando un suspiro. Sonreí triunfante, seguía siendo mi novia.

—Gracias, gracias, gracias. Amor no te vas a arrepentir.—Camila bostezo y fue cuando pensé que debería volver a dormir, después de todo no sabía si en unas horas tenia que trabajar.

—Nena regresa a dormir, discúlpame por interrumpir tu sueño.—La verdad era que yo también me estaba empezando a quedar dormida.

—Ok. Mañana trabajo medio turno.

—Perfecto así podemos estar un tiempo juntas, mira que es cumple mes.

—Lo sé, buenas noches Laur.—Dijo adormilada.

—Buenas noche mi amor.—Respondí esperando a que colgará venciéndome minutos después por el sueño.

[.....]

La peor parte de cualquier noche llena de alcohol es la resaca del día siguiente. Pero ahora no me importaba. Me incorpore como rayo, revise la hora en el reloj que estaba en la mesita de noche.

8:00 A.M.

Había dormido cerca de tres horas cuando mucho. Sin embargo me metí a la ducha, al menos tenía la esperanza de que el agua fría me quitará el sueño y me ayudará con el terrible dolor de cabeza. Termine y me vestí con unos simples jeans rotos por las rodillas, una blusa que dejaba al descubierto mi abdomen y una camisa verde de cuadros enzima. Me observe en el espejo mientras me colocaba mascará de pestañas y delineaba mis ojos, debido a mi ropa se apreciaban aún mas el verde de mis ojos por lo que estaba satisfecha con mi imagen.

Decidí bajar rápido sin que nadie me notara. salí rumbo al starbucks mas cercano, no sin antes ponerme mis lentes oscuros, el sol no ayudaba en nada con la resaca. Después de tener mi café en mis manos me senté en una mesa saboreando mi café. Revisé mi teléfono en el que tenía muchos mensajes de las chicas preocupadas porque no les avise cuando salí del antro. Les escribí un rápido mensaje diciéndoles que estaba bien, con eso bastaría.

Ahora mi atención se centro en mi chica de ojos marrones. Abrí su conversación y oprimí la opción de ver su fotografía. Dios era tan hermosa, Tan cerca de mi corazón pero a la vez tan lejos.

Momentos como este la distancia me impedía darle un buen regalo de cumple mes.

¿Cómo habían pasado tan rápido seis meses?.

La quería demasiado en tan poco tiempo y me asustaba pero no en este momento. Debía de hacer algo grande para borrar un poco mi estupidez de ayer. No tenía muchas opciones. No tenía su dirección para enviarle algo a México y aunque la tuviera no llegaría hoy mismo.

Tal vez dedicarle un playlist, una fotografía, un vídeo: oh mejor aún cantarle yo misma la canción. Sonreí ante la gran idea que había tenido, pero si quería que estuviera listo para la hora que salia Camila de trabajar tenía que correr. Me levante del asiento, tire el vaso en el contenedor de basura y salí.

Me entró una llamada de Keana y no dude en rechazarla. Ahora mismo todo mi mundo pertenecía a Camila Cabello.

A kilómetros de ti.  (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora