CHOICES [Omegaverse] [Editado]

Capítulo 3

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Kuroo levantó la vista cuando la puerta de la biblioteca se abrió y una sonrisa discreta, que no pasó desapercibida por el joven que acababa de entrar se formó en sus labios; había estado esperando mucho por este momento...y ahora que había llegado una indescriptible emoción lo invadió.

Sintiéndose impaciente, dejó los papeles, que hasta hace unos momentos habían estado robando toda su atención, y se aproximó al menor — Bienvenido Kenma — su voz, suave como el terciopelo fue un regalo para los tímpanos de Kenma y sus dedos, acariciando cuidadosamente el moretón en su mejilla, un bálsamo curativo que le invitó a cerrar los ojos — ¿Cómo está él? ¿Sufrió algún daño?

Kenma abrió los ojos ante la pregunta y una mueca se formó en sus labios — Aun sigue dormido, lo vestí tal y como pediste...no le di una dosis muy fuerte de somníferos, así que supongo que debería despertar en poco tiempo.

— ¿Saben algo de quien los atacó? 

— Lo más probable es que fuese obra de algún Alfa inconforme con el resultado — dijo Kenma, restándole importancia al asunto — Había muchos de ellos en la sala, fue molesto.

Kuroo sonrió totalmente complacido; haber obtenido aquello que otros codiciaban tan desesperadamente aumentó su ego y por supuesto también aumentó el valor de Tsukishima ante sus ojos...y su interés — Hiciste un buen trabajo hoy, ve a descansar.

— ¿Qué piensas hacer con él?

— Solo voy a molestarlo un poco, no quiero perderme la expresión de su rostro cuando despierte y descubra donde se encuentra.

—Mentiroso — susurró Kenma apartado la mirada, a pesar de que las palabras de Kuroo estaban llenas de burla, sus ojos mostraban anticipación y una emoción que hacía destellar sus ojos...parecía que no veía el momento de correr hacia él — Jamás te había visto tan interesado en alguien.

—Tsukishima es solo una novedad pasajera — con una sonrisa, atrajo al menor hacia sus brazos y estrechó contra su pecho — Todo volverá a la normalidad muy pronto ¿No es siempre así?

—Espero que sea así — Respondió Kenma suavemente.

— Lo será, eso no va a cambiar...Kenma siempre va a ser mi favorito — depositó un beso en la frente de Kenma y se separó de él, privándolo de su calor —Descansa, mañana tenemos mucho que hacer.

Kuroo había tenido muchos amantes en el pasado pero ninguno duraba más de una sola noche en su cama, ninguno había despertado en él nada más que un interés momentáneo; Kenma era el único que había tenido el privilegio de pasar noches enteras a su lado, de conocer más de lo que cualquiera jamás podría, sin embargo, ahora, con la llegada de Tsukishima sentía que ese privilegio ya no sería suyo. Sentía que toda la confianza que había construido con los años se tambaleaba.

¿Era solo su imaginación o ese chico era más de lo que Kuroo creía ver?

Kuroo se marchó sin notar el rostro inquieto de Kenma o la desesperada forma en la que sus ojos le llamaban. Su mente estaba ocupada pensando en lo que haría una vez tuviera al rubio enfrente. Sonrió, está debía ser la primera vez en su vida en la que se sentía indeciso y así de nervioso. Y esa sensación, en lugar de atenuarse en el camino, creció y se transformó en una incontrolable anticipación cuando su mano estuvo alrededor del pomo de la puerta.