Los personajes de Haikyuu no me pertenecen, pertenecen a Furudate Haruichi
.
.
***************
Tsukishima suspiró por tercera vez y observó con aburrimiento cada rincón del el gran y ostentoso salón de fiestas.
Detestaba las fiestas y toda clase de eventos que involucraran socializar por muchas razones, pero la principal de ellas era su condición de Omega. Si alguien lo descubriera, podría perder su trabajo y con ello la posibilidad de pagar el tratamiento de su hermano, quien debido a su delicado estado de salud prácticamente vivía dentro en un hospital.
Como miembros de la raza que ostenta el último lugar de la jerarquía que rige este mundo, los Omega tenían como principal función la de servir a los Alfa, ya sea para satisfacer sus necesidades físicas o para procrear. Era un hecho poco habitual, por no decir imposible, que un Omega desempeñara papeles de importancia en empresa de renombre o cualquier ámbito de la vida, pues su Celo era visto como un inconveniente no deseado que podía entorpecer la productividad.
Sin embargo ahí estaba él, trabajando como un importante ejecutivo de una pequeña empresa que había escalado lo suficiente como para asistir a este tipo de celebraciones ¿Cómo lo consiguió siendo un omega? La respuesta era simple; era listo, lo suficiente como para ingresa a la base de datos del gobierno y cambiar todos sus registros para hacerse pasar como un Beta. No obstante eso no lo transformaba en uno, por lo que siempre debía guardar la distancia y permanecer el menor tiempo posible cerca de cualquier Alfa.
Era una tarea difícil, dada su reciente y no deseada popularidad, pero hasta ahora lo había conseguido.
Se ubicó en el fondo del gran salón mientras observaba como todos intentaba acercarse lo más posible a la persona más importante de la fiesta, Kuroo Tetsurō. Nunca lo había visto en persona, pero la gran mayoría de las damas en la fiesta no dejaban de hablar de lo joven y apuesto que era, lo que si sabía del hombre, era que su inteligencia y astucia lo habían ayudado a alcanzar la cima a temprana edad.
Probablemente era uno de esos Alfas presuntuosos y arrogantes que crecieron teniéndolo todo en la vida y que veían a otros como seres inferiores que no merecían compartir el mismo espacio que él. No estaba interesado en conocerlo.
— ¡Vaya! Pero si es Tsukishima Kei — la profunda voz de un hombre llamó su atención — He escuchado maravillas de ti— dijo acercándose al rubio, tanto sus ojos como su sonrisa reflejaban el enorme placer que ese hombre sentía al verlo, vestía un caro traje gris oscuro que le hacía ver imponente y elegante.
Tenía el cabello castaño y ligeramente grisáceo en las raíces así como algunas arrugas en la zona de los ojos y estaba seguro de que, de acuerdo a las dimensiones de su rostro, había sido un hombre muy apuesto durante su juventud. Su sonrisa parecía amable, sin embargo sus ojos anunciaban exactamente lo contrario.
Si estuviera en cualquier otra situación, una en la que la posición social no importara y en la que guardar las apariencias no era fundamental, Tsukishima ya le habría dado una desdeñosa mirada y se habría marchado sin decir palabra. Sin embargo, conocía muy bien cuál era su posición y también la de ese hombre en la escala social, así que solo se limitó a mostrar una cortes sonrisa y lo saludó.
— Buenas noches, Oikawa-san — el mayor sonrió más ampliamente, haciendo cada vez más notorias las arrugas en sus ojos y se detuvo a una distancia que no parecía adecuada para una conversación trivial. Tuvo que reprimir el impulso de arrugar la nariz por el intenso aroma de su colonia.
ESTÁS LEYENDO
CHOICES [Omegaverse] [Editado]
FanfictionTsukishima Kei es considerado un genio en su área de trabajo, tranquilo y sereno, no estaba interesado en nada más que su propia monotonía, sin embargo tenía una pequeña peculiaridad, era un Omega.. En un mundo donde los Omega poseían menos derechos...