Capítulo 6

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Su cuerpo quemaba, se sentía como si se estuviera ahogando en un mar de llamas; el calor lo abrazaba y penetraban hasta sus huesos. Estaba ardiendo, cada fibra de él ardía en una increíblemente abrumadora necesidad. Esta era la parte que más detestaba de ser un Omega; el deseo que el calor del celo traía consigo, la necesidad de ser tocado, penetrado, llenado...de saciar y ser saciado por un Alfa.

Aún no era tiempo, pero Tsukishima ya comenzaba a sentir los efectos de su celo manifestándose en su cuerpo. Gritando su necesidad.

En toda su vida, jamás le había ocurrido algo como esto, su celo siempre había sido muy regular hasta ahora...hasta que Kuroo apareció. Desde entonces, solo bastaba con percibir su aroma para que su cuerpo reaccionara...con sus besos para que el calor brotara desde su bajo vientre y se desbordaran de forma incontrolable. Tenía miedo de sí mismo, de lo que era y de lo que podría hacer en este estado.

El celo era peligroso...especialmente ahora que era tan intenso.

Afortunadamente, esta mañana, Kuroo le prohibió terminantemente abandonar la habitación. Una persona con la que haría negocios iba a visitar la mansión y él parecía especialmente interesado en mantenerlo alejado de él. No comprendía del todo el por qué, pero eso quería decir que Kuroo se mantendría ocupado la mayor parte del día, lo que beneficiaba a Tsukishima, lo último que deseaba era que Kuroo no lo viera en ese estado y que la influencia de su aroma en su esencia más pura los llevara a tomar un camino del que no habría retorno.

Se recostó sobre la cama y se abrazó a sí mismo en un intento de disminuir el dolor que su frustrada necesidad provocaba en su cuerpo; solo debía esperar a que los supresores hicieran efecto y todo volvería a la normalidad. Este irracional deseo que vibraba en su cuerpo desaparecería, así como el calor y las imágenes que se formaban en su mente cada vez que cerraba los ojos...todo desaparecería.

Los supresores eran toda una maravilla, pero sería genial si, al igual que los síntomas del celo, también pudieran hacer desaparecer aquellos sentimientos que comenzaban a florecer en su pecho...porque en verdad necesitaba hacerlos desaparecer.

— ¡No! — Tsukishima despertó sobresaltado, frías gotas de sudor resbalaban por su frente y cubrían su tembloroso cuerpo.

Había pasado un mes desde el incidente del auto, y desde entonces era atormentado con pesadillas recurrentes. En cada sueño él se encontraba en el interior de un auto, el cual recorría un sendero de completa oscuridad, algunas veces Kuroo lo acompañaba, otras veces llevaba un bebé entre sus brazos. En su sueño ellos eran perseguidos, cuando Kuroo lo acompañaba eran atrapados y asesinados, y cuando iba con el bebé el auto caía al vacío y todo se convertía en oscuridad...había criaturas extrañas, fríos ojos que seguían sus movimientos, despiadadas manos que trataban de atraparlo, ansiedad...temor.

Era muy difícil para él conciliar el sueño después de haber tenido uno de esos sueños, sin embargo las pesadillas cesaban cuando Kuroo pasaba la noche con él y Tsukishima trataba de convencerse a sí mismo de que esa era la única razón por la que le permitía hacerlo.

Porque, de otro modo, no sabía que excusa usar para justificar sus recientes acciones.

— Tsukki ¿Estas bien? — Preguntó Yamaguchi, desde el pasillo — ¿Puedo pasar? — golpeó suavemente la puerta, pero con la intención de hacerse escuchar; no lo había visto en todo el día y creyó, que al igual que él, había recibido instrucciones de mantenerse en su habitación — ¿Tsukki?

CHOICES [Omegaverse] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora