>3< Actualización >3<
Otra vez demoré, lo peor de todo es que creí que había actualizado ayer...lo siento T-T
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Tsukishima jadeó bajito, se encontraba oculto detrás de unos grandes contenedores de basura ubicados a dos cuadras de la zona donde se separó de Hinata.
Sabía que lo que estaba haciendo era una estupidez, que era posible que lo lograra, que tal vez él no respondería a su llamado, pero el lado temerario que había nacido recientemente en él le decía que tenía que permanecer ahí y esperar...porque vendría ¿De dónde había nacido toda esa esperanza? No lo sabía, tal vez había sido contagiado con el virus de Hinata, no conocía a otro Omega más valiente que él.
Encogiéndose más en su sitio para evitar ser encontrado por sus múltiples perseguidores, Tsukishima examinó su brazo derecho; su camisa estaba empapada de la cálida sangre que brotaba producto de una herida de bala, el corte era superficial, un roce, sin embargo sangraba mucho y no podía ignorar el ardor. Lo cual era malo. Estaba cansado, sus pulmones pedían a gritos por un poco más de oxígeno, sus piernas dolían y sentía que su cuerpo estaba a punto de desmoronarse. No era una buena situación.
El sonido de un disparo cercano le hizo pegar un salto en su sitio y apretar los dientes; en verdad era una locura, esas personas parecían bestias descarriadas que asesinaban a quien sea que se cruzara en su camino con tal de saciar su hambre de muerte y crueldad, había sido testigo de cómo mataron sin remordimiento a una inocente pareja que trataba de proteger a sus hijas...y atacarlas. Estaba preocupado, no por él sino por Hinata y su hijo y elevó una silenciosa plegaria por qué llegaran a salvo a un sitio seguro...por que pudieran volver a verse.
Más risas, ecos de pasos y el sonido metálico de algo chocar unos metros a la derecha de la pared en la que se encontraba apoyado lo alertaron, apretó el arma que había obtenido de Hinata y comprobó el cuchillo en su cintura. Sabía que era una locura tratar de pelear en su débil estado actual y no tenía planeado hacerlo, ya había conseguido escapar de ellos en más de una ocasión y gracias a ello había descubierto que eran torpes comparados con los bien entrenados hombres de Kuroo. Sin embargo no dejaba de estar asustado.
Empujó su cuerpo hacia atrás, arrastrando los pies por el angosto pasaje entre los contenedores y la pared; tal vez todo era una pérdida de tiempo, nada le aseguraba que esa persona realmente vendría, sin embargo su cuerpo no dejaba de moverse en torno al punto donde aseguró esperaría por él.
La esperanza sí que era un asunto serio.
— Gatito...— ese desagradable sobrenombre, susurrado con una áspera voz llena de cruel diversión, hizo que girara la cabeza; había centrado toda su atención en los ruidos provenientes del frente y descuidó su espalda — Ven aquí, gatito — la boca del hombre se arqueó con placer, mostrando una fila de dientes amarillentos, la victoria de saberlo acorralado en sus ojos, y largó una mano.
Ante los atentos ojos del hombre su espalda, Tsukishima hizo amago de bajar cautelosamente el arma, volviendo a tomarla al tiempo que se dejaba caer hacia atrás; el hombre tomó su mano, sin embargó él ya estaba en la posición que el rubio buscaba y disparó. La bala pasó rozando por la garganta y se incrustó en su mandíbula, causando que se tambaleara hacia atrás dando arcadas.
Inmediatamente después de que se desplomara al suelo, el rubio giró sobre su espalda sin importarle el dolor que eso le produjo a su aún delicado cuerpo y emprendió carrera; tenía que moverse antes de que los otros lo alcanzaran, el sonido de su arma ser disparada ya debería haberles hecho saber su ubicación. Tuvo certeza de ello en el instante en el dos disparos pasaron silbando junto a él. Salió del callejón a gran velocidad y corrió calle arriba hacia el próximo, no podía darse el lujo de ir demasiado lejos.
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CHOICES [Omegaverse] [Editado]
FanfictionTsukishima Kei es considerado un genio en su área de trabajo, tranquilo y sereno, no estaba interesado en nada más que su propia monotonía, sin embargo tenía una pequeña peculiaridad, era un Omega.. En un mundo donde los Omega poseían menos derechos...