Capítulo 29

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>3< Actualización >3<

Nota: lamento si encuentran algún símbolo extraño en lugar de una letra, la Laptop que uso para editar está descompuesta y ahora estoy usando una viejita que, por alguna extraña razón cambio las letras que debían tener acentos por símbolos. Así que lo siento si descubren algo extraño por ahí, hice todo lo que pude para arreglarlo.

PD: es una Laptop viejita con alma de joven y está un poco rebelde por que no la ha usado en años. Me está castigando o al menos me gusta pensar así XD

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En un bar clandestino, inundado del inconfundible olor del tabaco, un joven vestido uniformemente de negro se encontraba inclinado sobre la barra observando los restos del líquido cristalino de su vaso. Era pasada la media noche y el lugar estaba repleto de hombres que, bebían solos o acompañados y cuyas miradas delataban su avanzado estado de ebriedad. El ruido llenaba el lugar, risas y charlas subidas de todo alcanzaban sus oídos en una mezcla de sonidos que difícilmente podían identificarse para el oído común.

El barman, un hombre alto, con expresión seria y casi intimidante, y cabello blanco, le ofreció otro trago. El menor negó con la cabeza, posó una mano sobre la parte superior del vaso y elevó la otra ondeándola suavemente en un silencioso llamado. El albino descendió discretamente hasta quedar a su altura y el menor hizo el trabajo por el que se encontraba en ese sitio.

Un susurro, tan suave como el batir de las alas de una mariposa, se deslizó de sus labios, ubicaciones, sitios donde eventos de interés para muchos tendrían lugar, horarios, nombres de calles, señales inconfundibles, nombres y demás información. Los rumores eran parte esencial de su mundo, podían ser dañinos para unos, beneficios para otros y extremadamente peligrosos para quien los esparcía sin cautela. Él lo sabía. Un soplón estaba condenado a muerte, sus acciones y palabras eran su perdición.

A pesar de que era siempre llamado descuidado e imprudente, Hinata era consciente de las consecuencias y sabía exactamente cómo proceder en lo que a recolectar y esparcir rumores respectaba. No tenía idea de él porque Tsukishima quería que hiciera eso o donde obtuvo esa información, pero parecía muy importante para él y no quería decepcionarlo. El éxito dependía de su escape, así que tenía que esforzarse mucho por hacer esto bien.

Esa era una de las razones por las que, en los últimos tres días, había estado visitando los sitios en los que habitualmente los rumores se esparcían, cuidando siempre que el rumor demorara en llegar a oídos afectados y por supuesto de ser tan discreto como le era posible, no debía dejar rastros, no podía permitir que vieran su rostro o que descubriera su ubicación.

La segunda razón era un poco vergonzosa y tenía relación con el chico que había estado siguiéndolo los últimos días, Kageyama; últimamente las cosas se habían tornado extrañas entre ellos. Estaba tratando de evadirlo tanto como podía. No tenía ningún problema con él. Sus discusiones sin sentido seguían teniendo lugar, pero en algunos momentos, cuando el silencio reinaba entre ellos, podía percibir un ligero tinte de tensión en el ambiente; tensión que no existía hasta que sus labios sintieron el contacto de los suyos.

No podía olvidarlo, el recuerdo solo volvía cada vez que se veían y con él, sensaciones extrañas le atacaban. Le hacía sentir como si su cuerpo estuviera bajo el efecto de alguna clase de droga y, de alguna manera, podía percibir que Kageyama estaba experimentando algo similar. Su olor había cambiado, no podía decir a ciencia cierta en qué forma, pero se sentía diferente tan dulce, tan picante y su cuerpo reaccionaba a él ¿Por qué? ¿Qué estaba pasando? ¿A caso era solo su imaginación? Realmente no parecía que fuera el caso y no estaba seguro sobre si le gustaba.

CHOICES [Omegaverse] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora