Capítulo 11

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Tsukishima se despertó lentamente y mientras lo hacía notó algo inusual, una especie de calor que no pertenecía a las mantas, envolver su cuerpo, el sonido de un corazón latiendo suavemente cerca suyo, una tranquila respiración y un aroma que no podía describir, pero que le hacía sentir bienestar y paz. Esta era la primera vez que tenía la oportunidad de despertar y ver a Kuroo dormir a su lado, él siempre se marchaba antes del amanecer y lo hacia sentir un poco solitario.

Sin embargo ahora estaba ahí y sentir sus brazos envolver su cuerpo le hacían sentir protegido, le gustaba esa sensación y la certeza de que él era suyo que venía con ella.

Tímidamente depositó un beso sobre su pecho y cerró los ojos disfrutando del confort que ese abrazo le ofrecía, no pudo evitar frotar suavemente su rostro contra este y trazar distraídamente el contorno de la fina marca de una vieja herida sobre uno de sus bíceps. Estuvieron encerrados dentro de las cuatro paredes de esa habitación durante dos noches y un día, recordaba a la perfección todo lo que se dijeron en aquel momento y el cómo su corazón casi estallaban en regocijo tras escucharle decir que lo amaba.

Tsukishima estaba seguro de que ese sentimiento era real, lo sentía en cada fibra de su ser, vibraba en su piel y llenaba su pecho, pero ¿Qué pasaba con Kuroo? Incluso si había dicho que lo amaba y que, pese a que lo había hecho durante el sexo, sabía que ese sentimiento era genuino, pero le inquietaba el hecho de que no lo marcó. Estuvo tan cerca de hacerlo, pero pareció retractarse ¿Por qué? ¿Había algo malo con él?

Quería preguntarle por qué no lo hizo, preguntarle qué estaba mal, pero no se sentía con la confianza para hacerlo y temía que la repuesta a ello no fuera buena, que la felicidad que había alcanzado se le escaparan entre los dedos, pero tampoco podría vivir tranquilo si no lo sabía, eso lo inquietaba e inconscientemente se apretó contra el pecho de Kuroo, queriendo fundirse con él, que toda esa inseguridad desapareciera.

Repentinamente, el abrazo del mayor se apretó y su corazón dio un vuelco, podía sentir su mirada sobre él, traspasando su piel, provocando que ardiera y se sintió un poco tímido, sin embargo reunió todo el valor que tenía y se atrevió a mirarle encontrándose así con unos ojos avellana que lo miraban con intensidad.

— Buenos días — murmuró el mayor depositando un prolongado beso sobre su frente al tiempo que frotaba su hombro con el dorso de sus dedos, un placentero escalofrío recorrió su columna vertebral ante aquella caricia, su piel despertó completamente por él — ¿Cómo está tu cuerpo? ¿Te duele algo? Tu labio está un poco hinchado y tú mejilla amoratada — frotó con el dedo pulgar y luego pasó a herida en su sien — ¿Te duele la cabeza?

No apartó su mano, le gustaba como se sentía su toque, el calor que transmitía, el anhelo que evocaba en él — Estoy bien, no fue nada grave...Ya no importa, no quiero pensar más en eso — solo quería olvidarlo y con Kuroo ahí sería mucho más fácil.

Los efectos de la droga ya habían pasado, la herida de su frente y muñecas punzaban de vez en cuando, pero no era molesto y pese al cansancio que la reciente actividad física sobre su cuerpo, podía moverse con normalidad. Solo estaba un poco somnoliento, sin embargo no era nada que una taza café no pudiera solucionar.

— Lamento haberte expuesto a todo eso, no volveré a hacerlo jamás...voy a protegerte no importa lo que pase, siempre ¿Está bien para ti?

— Solo si me prometes que tú vas a estar bien...no tienes que arriesgarte por mí, no quiero eso.

CHOICES [Omegaverse] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora