Capítulo 5

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Continuamos con las reediciones, añadí una pequeña escena extra al final ;3

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El incesante tic-tac del reloj sobre la pared lateral, el sonido de unos dedos tecleando incansablemente y el de tres respiraciones lentas y rítmicas, se clavaban en su cabeza, como cuchillas ardientes. Respiró profundamente y gruñó, ahí estaba de nuevo, eso, cosquilleándole las fosas nasales ¿Cómo alguien podía soportar semejante tortura?

— ¿Te tomaste los supresores antes de venir? — Preguntó Kuroo, desde su escritorio, su dedo índice golpeando la mesa con impaciencia.

Tsukishima lo miró exasperado y Kuroo pudo percatarse de como este respiraba profundamente y de la forma en la que cerraba los puños espasmódicamente — Si, por quinta vez en el día, si las tomé — dijo poniendo los ojos en blanco, sus labios se apretaron en una fina línea que denotaba lo molesto que estaba por su pregunta.

— ¿Estás seguro? — insistió Kuroo, ganándose una mirada aún más molesta de Tsukishima y una mirada curiosa de Yaku, quien se encontraba junto al rubio y ahora había dejado de lado todo lo que estaba haciendo para centrar toda su atención sobre él.

El rubio suspiró tratando de aliviar su creciente irritación, ese tipo solo estaba molestándolo...sabía muy bien que odiaba hablar del asunto y que hacerlo le traía malos recuerdos — Estoy completamente seguro y tú también deberías de estarlo, porque estabas presente cuando lo hice — apuntó con la esperanza de que, al igual que las últimas cuatro veces, la conversación terminara.

— Claro — contestó Kuroo volviendo a su trabajo. La irritada mirada del rubio aún sobre su persona, le hizo sonreír ligeramente; había algo muy difícil de ignorar en sus ojos cuando estaba enfadado. Destellaban con un atractivo especial.

Kuroo no estaba haciendo esto con intención de molestar a Tsukishima, al menos no en este momento, pero el dulce olor que emanaba de él no le dejaba concentrarse en lo más mínimo, había estado leyendo la misma maldita línea del contrato en sus manos por más de media hora...y estaba comenzando a irritarse. No era normal. No era la primera vez que estaba frente a un Omega, no era la primera vez que el atractivo aroma de uno llenaba sus fosas nasales y lo incitaba a follarlo, pero este era diferente....el aroma de Tsukishima era diferente, tan dulce que debería ser empalagoso...pero, en su lugar, le resultaba delicioso.

Era más peligroso, penetraba hasta su cabeza y golpeaba sus sentidos, despertándolos como si hubiesen estado dormidos por siglos. En más de una ocasión se había encontrado a si mismo caminando hasta su habitación, siendo guiado hacia él.

Eran detalles como estos los que le hacían preguntarse cómo es que Tsukishima pudo lograr trabajar por tanto tiempo en un negocio en el que los Alfa predominaban sin ser atacado, cuando él tenía que controlar el impulso de saltar sobre él en este momento.

¿Por qué esos jodidos supresores no estaban funcionando?

— ¡Hey! Kuroo — la voz de Yaku lo sacó de sus cavilaciones y le hizo percatarse de que la presión de sus manos había causado que las hojas que sostenía se arrugaran — ¿Qué es lo que te pasa? — preguntó en voz baja, para que el rubio no los escuchara.

— ¿A qué te refieres? — Preguntó en el mismo tono que el menor, sus ojos se dirigieron fugazmente hacia Tsukishima; el rubio se mantenía trabajando silenciosamente, mordisqueaba su labio inferior y de vez en cuando la uña del dedo pulgar. Era lindo...demasiado como para no tentarlo.

CHOICES [Omegaverse] [Editado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora