Veinticinco

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Narra Bianca





Me gustan tus ojos 
tu intensidad 
me gusta que vengas por un trago mas 
me gusta tocarte sin intención jah.. 
me gusta tu historia de resurrección





Tu cuerpo choco contra la pared rápidamente, a medida que sentías que unas manos recorrían tu espalda por debajo de la remera. El tacto del roce de tus dedos sobre su espalda le generaban escalofríos, permitiéndose apretar tus caderas con sus manos. Mordiste su labio inferior cuando sus manos comenzaron a levantar tu remera. En un segundos no existia mas esa prenda sobre tu cuerpo. Te tomaste de sus hombros, para que en un leve movimiento y con su ayuda estés con las piernas sobre su cintura, sin que tu espalda abandone la pared en ningun momento. Dejaste besos entre su hombro y su cuello, de ambos lados, mientras que sentias sus manos moverse entre tus piernas. 


En diez pasos terminaste bajo el en la cama. Te habias permitido sonreir cuando el rio al ver tu pelo sobre toda la cara. Te lo corrio un poco para volver a atacar los labios. Movimientos desprolijos aparecian entre ustedes. El estado que ambos padecian no era digno para dicho momento, ambos con los efectos del alcohol. Habian salido del boliche luego de haber bailado bastante tiempo y haber compartido varios besos. 



-Esto esta mal - Susurraste cuando el abandono tus labios para enfocarse en tu cuello, en un sin fin de besos - No tiene que ser asi.



-Es lo que tiene que ser - Su voz patinosa inundo tus oidos. Era la primera vez que lo habias escuchado hablar desde que habian salido del boliche. En todo el camino en el auto solo se dignaron a estar en silencio, para que apenas llegar a la casa lo primero que hicieran sea besarse.



-Al diablo todo - Tomaste la iniciativa para agarrarlo de la nuca y volver a impactar tus labios con los de el. 




  me gusta la curva de tu nariz 

me gusta escucharte ser tu aprendiz 




Sacaste su remera del medio lo mas rapido que habias podido. Mientras el se concentraba en sacarte el short vos peleabas con la torpeza de tus manos para desabrocharle el boton del pantalon. Era en cuestion de segundos cuando lo tuviste en boxers sobre tu cuerpo y vos en ropa interior. A la mente se te habia venido la imagen cuando temprano te habia encontrado de aquella forma en tu habitacion, cuando estabas junto a Micaela preparandote. Recordaste la sonrisa de Micaela cuando lo maldeciste por no haber tocado la puerta antes de ingresar. La excusa tonta de traerles un trago para que tomaron te habia causado gracia luego, pero en el momento no lo habias tomado tan bien. Cuatro tragos de esos que fue Nacho el encargado de prepararlos y ya no estabas en tus cabales. 

Bajo el mismo techo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora