Treinta

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Micaela



Comencé a caminar por la larga extensión del pasillo de la Universidad buscando un bebedero de agua donde poder tomar un poco. Encontre uno en una punta que se encontra sin nadie a su alrededor. Camine un poco mas hasta pararme enfrente y poder sacar una pastilla del bolso. Esa mañana me habia despertado con un dolor impresionante que me era imposible de llevar adelante el dia. Una vez que termine de tomar el ultimo trago senti una mano sobre mi hombro derecho. Gire apenas la cabeza para encontrarme con Bruno parado a unos centimetros detras mio.



-¿Que haces aca? - Me gire completamente para quedar enfrentada a el. Me aferre a mi bolso, como si creyera que me lo sacaria de un tiron antes de que pudiera decir algo.



-Necesito hablar con vos, ¿Crees que podras ahora? - Lo notaba un poco nervioso, o quizas ansioso, que lo normal. 



-¿Justo ahora? - Mire para mis costados viendo como muchos adolescentes se dispersaban para meterse a los salones. Sabia que si me iba a ir de la Universidad debia ser justo en ese momento - Bien, vamos - Comence a encaminarme hacia la puerta de salida cuando me freno el agarre de Bruno - ¿Que pasa ahora?



-Solo quedate quieta - Lo mire intrigada, completamente quieta como me habia dicho. Fue en una cuestion de segundos que tenia los labios de Bruno sobre los mios. Me asombre al sentir su tacto, pero me deje llevar y cerre los ojos, tal y como lo habia hecho - Ahora si, podemos irnos - Se alejo unos pasos de mi, ladee un poco la cabeza para poder volver en si y me gire para volver a caminar hacia la salida. Una vez que traspase la puerta de salida sin ningun problema suspire lentamente.



-¿Tan nerviosa te pone irte de la Universidad sin haber entrado a clases? - Bruno caminaba a la par mia con sus manos en los bolsillos.



-Nunca me fui de la Universidad de esa forma. Directamente no venia o me terminaba quedando - Es la primera vez que lo habia hecho. Recuerdo que minutos antes de que me cruzara con Bruno algunos profesores que tenia aquella mañana me habian visto, por lo que mañana seria el hablar de la Universidad.



-Siempre existe la primera vez, rubia - La vista de Bruno se centraba en el camino que estabamos haciendo a una plaza cerca de alli. Mientras el frenaba en un quiosco para poder comprar algo que podamos consumir yo me quede pensando en la frase que habia dicho.





Pude quedarme parada a un costado y poder observarlo detenidamente. Bruno llevaba su espalda, perfectamente marcada. Sus labios eran dignos de ser besados hasta la saciedad, eran gruesos y perfectos. Su pelo recientemente cortado. En si, siempre era digno de quedarmelo viendo. Nunca me habia parado a mirarlo tan detalladamente, siempre giraba mi vista hacia otro lado o simplemente agachaba la cabeza. Desde el dia en que nos besamos en el boliche mi pensamiento hacia el habia cambiado rotundamente. Siempre pensaba que era una persona muy sincera a la hora de hablar, pero ahora lo veia con los ojos como lo veia a Nacho apenas lo conoci. Y eso me asustaba.





-Te apuesto lo que quieras que Pablo en cualquier momento la besa - Ambos estabamos a un costado de la pista bailando mientras mirabamos cada tanto la imagen de Paio y Bianca bailando muy juntos.

-Conociendolo a Paio si, no le va a faltar oportunidad - Lo conocia casi lo suficiente para saber que esa noche Bianca estaria a sus pies (ustedes ya conocen esa parte de la historia).

-¿Que tanto lo conoces? - Centre mi mirada en Bruno, quien ahora me miraba fijamente a los ojos -¿Acaso el tambien fue algo tuyo? 

Bajo el mismo techo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora