Ventiseis

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Luego de lo ocurrido aquel fin de semana habian pasado dos semanas. A Bianca la veian poco y nada, habia conseguido trabajo durante la noche, por lo que el en el dia estaba cursando o durmiendo. Nacho habia comenzado a transitar las noches nocturnas en compañia de Ramiro y Gonzalo. Los tres conformaban el trio explosivo, tal como Sergio los habia llamado cuando cada noche los veia listos para salir.  Bruno tambien andaba poco por la casa, habia conseguido enganchar un trabajo gracias a Sergio de cadete de una empresa, por lo que varias horas al dia no se encontraba en la casa. Florencia siguio con su rutina como siempre, solo que ahora Sergio no estaba mas a su lado. La rubia le pidio un tiempo siendo que todavia no puede asimilar que la persona que ella ama le haya mentido. De Pablo se puede decir siempre lo mismo, era cada noche una chica distinta y cada mediodia estaba trabajando en el negocio de su hermana desde el momento en que ella le pidio su ayuda. Micaela sigue su idea de terminar la carrera y trabajando en el local de ropa de una compañera de la facultad. Su mambo entre Nacho y Bruno ahora era mas grande.





  En la ciudad gris, bares y cafés 
tenés que olvidar, nena, no podés   

-¿Ya te vas? - Ramiro se habia cruzado a Bianca apenas salia de la habitacion con su mochila colgada al hombro -Queria hablar con vos.

-No hay de que hablar Rama - Bianca abrio la mochila para guardar el celular - El otro dia me dejaste todo el claro, desde ese dia casi ni me saludas - Fijo su mirada en el mellizo - Y esta todo bien, la ilusa fui yo.

-Pero eso no tenia que ser motivo para que te trate de aquella forma - El mellizo se mostraba totalmente arrepentido. Mas de una vez quiso pedirle perdon, pero cada vez que iba a buscarla ella ya no estaba. Habia pensado en esperarla, pero una vez lo hizo. Espero hasta las nueve de la mañana de un sabado y viendo que Bianca no habia llegado prefirio irse a dormir - Me comporte como un idiota, no tendria que haber sido asi.

-Dije que no te preocupes, yo entendi todo Ramiro - Bianca busco en su mochila sacando un sobre marron grande - Toma, esto es tuyo - Le extendio el sobre que el mellizo tomo en su mano - Es el premio de la banda, ahi esta la plata.

-Bian, quedamos en que seria tuyo. Yo no lo necesito - Le extendio devuelta el sobre, pero Bianca lo nego volviendo a empujarlo hacia el.

-Yo tampoco lo necesito - Nego con la cabeza - Tarde en dartelo porque habia gastado plata que ya la volvi a recuperar. Ahi estan los cinco mil pesos - Bianca giro en sus talones dandole la espalda - Y no te preocupes Rama, siempre tuve el papel de zorra en mi vida.

  Era un escritor, se la daba de 
era un usador, de tu buena fe 
Y justo pensé, pensé por pensar 
yo que estaba acá 
nena donde estés 
cómo, cómo estás   

Pablo estaba terminando de cerrar el negocio. Eran las ocho y media de la noche cuando vio la figura de Gonzalo parado en la vereda de enfrente. Una vez que termino de poner los candados se giro con los brazos cruzados para mirarlo, pero Gonzalo ya no estaba. Abrio los ojos lo mas que pudo. Estaba seguro haber visto a Gonzalo y no comprendia como en cuestion de segundos habia desaparecido de aquella cuadra. Metio las manos en los bolsillos y comenzo a caminar hacia el auto. Esa noche prefirio cenar solo en un bar antes que ir a cenar en la casa, compartiendo la misma mesa con las personas que desde dias atras venian tratandolo mal. Muchos no estaban de acuerdo de la forma en que Pablo habia tratado a Bianca, como la habia humillado delante de todos. Uno de esos fue Nacho, quien fue el primero que lo empujo de mala manera al ver el trato que habia tenido hacia ella. A Nacho siempre le habia parecido una persona intesante Bianca, pero no por el hecho de querer algo con ella, sino que encontraba una buena amiga. Alguien en quien confiar.

Bajo el mismo techo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora