Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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Sofía: Veo que la están pasando muy bien... ¡Eso me alegra! – Dijo divertida, recogió una toalla y se acercó hacia la alberca, mientras Arturo se sentó en una de las sillas
Andrea: Así es... ¡Mi sobrino es un encanto! – Dijo, con Arturito en brazos, Sofía lo arropó con la toalla, llenándolo de besitos por toda la cara. Samuel salió de la alberca y puso su albornoz.
Samuel: Sí, para cuando lo necesiten otra vez, acá estamos. – Dijo divertido.
Arturo: ¡Pero que padrinos tiene mi hijo, eres muy afortunado! Muchas gracias Carnal. – Dijo.
Andrea: Bueno, por sus caras supongo que la pasaron muy bien. – Dijo, saliendo de la alberca, Samuel la ayudó a poner el albornoz, después se acercaron hacia Arturo y Sofía.
Sofía: Así es hermana, fue una noche inolvidable. – Dijo, mirando Arturo con ternura, mientras él le sonreía algo tímido.
Arturo: Así es, mi Chaparrita. – Dijo, acercándose para besarla tiernamente.
Andrea estaba sentada en medio de las piernas de Samuel, tenía su espalda apoyada en el pecho de su marido, sonreían, mientras observaban el beso de sus hermanos. Se miraron a los ojos y se besaron tiernamente.
Sofía: Pero, cuéntenme, ¿Cómo se ha comportado mi hijo? – Preguntó. Samuel y Andrea empezó a contarles todos los detalles. - No me lo puedo creer! ¿En su habitación? – Preguntó
Samuel: Sí, en los brazos de mi brujita, él no la quería soltar. Pero yo lo entiendo muy bien. - Dijo divertido.
Arturo: Ay, lo siento mucho! Hay veces en que él tiene pesadillas. - Dijo apenado.
Sofía: Y lo ponemos a dormir con nosotros. – Dijo.
Andrea: No hay problema,creo que supimos manejar la situación. – Dijo.
Samuel: Así es, lo importante es que él pudo volver a dormir y no tuvo más pesadillas. – Dijo.
Sofía: De verdad, muchas gracias. – Dijo. Se quedaron un rato más hablando de cómo había sido sus días. Hasta que Sofía, Arturo y su sobrino se fueron a su casa.
Horas después...
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