Capítulo 70

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En el día siguiente,

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En el día siguiente,

En el hospital...

Al fin mi brujita estaba mejorando, nos quedamos todos con ella en su habitación, su mamá y sus hermanas hablaban de las travesuras que solían hacer cuando aún eran niñas. Pusieron fotos de mi brujita con su familia, con sus hermanas, con su papá y una de nosotros. Llegó la noche y su mamá, su abuelo y sus hermanas tuvieron que volver al hotel, Irina dijo que mañana iba a traer a los niños para visitar a su tía. Yo me quedé a solas con mi brujita. El médico hizo los chequeos de rutina y salió de la habitación. Me senté en la silla y tomé su mano.

Samuel: Hola mi bella durmiente. - Dije.

Samuel: No te imaginas lo mucho que extraño oír tu voz y mirar a tus ojitos hermosos. - Dije.

Samuel: Eres lo más importante que tengo en mi vida... - Dije, mientras besaba su mano.

Samuel: Hoy estaba recordando el día en que viniste a vivir conmigo. Aunque, estuvieras triste por lo que pasó con tu mamá, en aquel momento, me hiciste el hombre más feliz del mundo. Te has convertido en mi sueño, brujita. El sueño más hermoso que he tenido en toda mi vida.  Por eso no puedo perderte, mi amor. Porque te amo... - Susurré, mientras recordaba del momento en que la vi corriendo hacia mí, Andrea estaba llorando cuando nos abrazamos.

*** Flashback ***

No podía creer que Andrea al fin, se vino a vivir conmigo. Aunque estaba muy feliz de tenerla aquí conmigo, sé que mi brujita está muy mal por como las cosas sucedieron, sé que le duele estar lejos de su madre y su abuelo. No entendía como su mamá haya sido capaz de perdonar a Leonardo, después de todas las pruebas que ella había conseguido, después de haber visto con sus propios ojos cómo él le era infiel. Aún así, Cayetana lo perdonó.

Es increíble cómo el día puede cambiar de una hora a la otra, hoy por la mañana mi brujita llegó aquí tan feliz, diciéndonos que al fin estaríamos libres de Leonardo, porque había logrado que su mamá abriera los ojos. Celebramos el regreso de Arturo y Sofía de su luna de miel, pasamos una tarde muy agradable en la alberca, con nuestros hermanos y los amigos más cercanos, se respiraba felicidad, y entonces creí que aquel sería el mejor momento para hablar de nuestra boda. Y mi brujita me dijo que sólo teníamos que poner la fecha y ¡Todo listo! Entonces, delante de nuestra familia y amigos, anunciamos que nuestra boda iba a ser en una semana.  Estaba tan feliz, en una semana iba a tener a mi brujita conmigo por todos los días de mi vida.

Estaba en mi casa con mi familia, cuando de pronto veo a mi brujita corriendo hacia mí, estaba llorando. Andrea se aferró en mis brazos y no tenía consuelo, la abracé intentando calmarla. Después de unos minutos, ella explicó lo que había pasado en su casa. Yo no podía creer que su mamá fuera capaz de algo así... Sus hermanas la abrazaron, intentaron darle ánimos hablando de nuestra boda, Andrea me dio una sonrisa triste, y yo me acerqué nuevamente a ella, la abracé y nos quedamos solos en la sala, sus hermanas y Soledad llevaron las cosas de Andrea hacia mi habitación. Estábamos sentados en el sofá, mi brujita estaba aferrada a mis brazos, mientras yo acariciaba su espalda.

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