Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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En la cocina
Samuel: El desayuno de mi hermosa esposa. Espero que te guste! – Dijo divertido.
Andrea: Gracias, estoy segura que sí. – Dijo con una sonrisa. Cuando lo vio sentarse a su lado. Samuel la miraba con expectativa.
Samuel: ¿Entonces? – Preguntó, alzando la ceja derecha.
Andrea: Uh... Simplemente delicioso, mi amor. – Dijo, cerrando los ojos mientras disfrutaba del sabor de la comida.
Samuel: Me alegra saberlo... Aquí estoy para complacerte, ¡En todos los sentidos! – Dijo, mirándola a los ojos, mientras probaba su desayuno. Andrea sonrió. Desayunaron entre risas, mientras se robaban uno que otro beso. Hasta que se quedaron satisfechos.
Samuel: Pues sí, mira, ¡Limpiamos los platos! – Dijo divertido, mientras llevaba los platos hasta el lavabo.
Andrea: ¿No vas al banco? - Preguntó. Samuel dejó los platos en el lavabo y se volteó con una sonrisa.
Samuel: No... Hoy no me voy al banco. – Dijo, acercándose hacia ella y cogiéndola por la cintura.
Andrea: ¿Ah, no? – Preguntó, mientras pasaba las manos por el cuello de Samuel.
Samuel: No... Me voy a quedar contigo todo el día, bueno pero si tú no me quieres aquí yo puedo... - Dijo, cuando Andrea lo besó en los labios.
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Andrea: He esperado muchos meses para tenerte aquí en mis brazos, entonces ni loca voy a dejar que te vayas otra vez. – Dijo, mirándolo después del beso
Samuel: Me gusta mucho oírte decir eso. – Dijo, mirándola a los ojos, Andrea sonrió y lo volvió a besar, ahora lento y apasionado. - Jamás voy a cansarme de mirar a estos ojitos hermosos. Te quiero... – Susurró, mientras la miraba a los ojos.
Andrea: Y yo a ti. – Dijo, con una sonrisa. Se besaron despacio, era un beso dulce y tierno. Después del besó Andrea lo miró algo preocupada. – Fernández dijo algo a mi mamá? – Preguntó, mirándolo a los ojos.