Capítulo 93

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Estábamos caminando por el parque abrazados, mientras Andrea me enseñaba el lugar, ella me dijo que este era uno de los lugares favoritos de Arturito, le gustaba la tranquilidad, además, quedaba cerca de la universidad

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Estábamos caminando por el parque abrazados, mientras Andrea me enseñaba el lugar, ella me dijo que este era uno de los lugares favoritos de Arturito, le gustaba la tranquilidad, además, quedaba cerca de la universidad.

Samuel: ¿Así que, venías aquí después de tus clases? – Preguntó, besando su mejilla.

Andrea: Sí... Este era uno de mis lugares favoritos, siempre que necesitaba pensar, o estar sola... Me refugiaba acá. – Dijo mirándolo.

Samuel: ¿Y tenías mucho qué pensar? – Preguntó sonriendo.

Andrea: Pues sí... - Dijo sonriendo. - Pensaba en muchas cosas, y también en ti. – Dijo, mirándolo a los ojos.

Samuel: ¿En mí? – Preguntó sorprendido.

Andrea: Sí, en ti. Me fui de Houston para olvidarte, pero llegando aquí no hacía más que pensar en ti, soñar contigo... Pensé que me volvería loca. Todo lo que hice para alejarme de ti fue en vano, porque seguías metido en mi mente y en mi corazón. – Dijo, mirándolo a los ojos. – Yo sufrí mucho en este tiempo, intenté olvidarte, pero no pude. – Dijo.

Samuel: Ay, mi brujita... No puedo creer que haya sido tan ciego para no darme cuenta de tu amor por mí. - Dijo acariciando su mejilla.

Andrea: ¿Y cómo lo ibas a saber? Siempre te traté muy mal... Pero, la verdad es que nunca he podido olvidarte. Aunque estuviera lejos, te sentía muy cerca de mí. – Dijo, mirándolo a los ojos.

Samuel: Y tu noviecito francés? – Preguntó mirándola.

Andrea: Ay, mi amor! Solo salimos unas cuantas veces, él me caía bien, pero yo no estaba enamorada de él, no llegamos a formalizar nada. – Dijo, con una sonrisa. Le gustaba verlo celoso.

Samuel: Solo porque volviste a Houston, por tu abuelo, quizá tal vez... - Andrea lo interrumpió.

Andrea: No... Este iba a ser otro error, al igual que mi relación con Horacio, lo utilizaría para intentar olvidarte, y eso no sería justo con él. – Dijo con sinceridad. - Ahora no seas celoso y dame un beso. - Dijo divertida. Samuel se acercó y la besó en los labios dulcemente. 

Samuel: Hemos sido unos tontitos... ¿Y míranos ahora? – Dijo divertido, después del beso. - ¿Quién iba a decir que estaríamos aquí en Paris, casados y esperando dos hijos?– Dijo. – Pero te digo algo, todo el sufrimiento valió la pena, porque nunca en mi vida he sido tan feliz... Eres el amor de mi vida Andrea Gallardo Del Junco. – Dijo, mirándola a los ojos.

Andrea: Y tú eres mi vida, Samuel Gallardo. Eres mi sueño hecho realidad, te amo! – Dijo besándolo despacio, mientras Andrea pasaba sus manos por el cuello de Samuel, se besaron como si no existirá nada más que ellos en ese lugar. Después del beso siguieron recorriendo el parque abrazaditos, Samuel le compro dos helados y platicaban de sus vidas y de su ahora tema favorito, sus mellizos. Cuando una voz conocida llamó la atención de Andrea.

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