Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
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Financial Bank Houston
Andrea POV
¡Ya, Andrea! Deja de pensar en Samuel y en esa cabaretera vulgar, concéntrate en tu trabajo y en salir de aquí lo más pronto posible! Mientras intento concentrarme en mi computadora, empecé a recordar todo lo que había pasado en estos meses, eso no es vida... Lo que de verdad me gustaría hacer era irme bien lejos, pero aún no era el momento...
Samuel: ¿Andrea? ¿Andrea, me escuchas? – Preguntó. Samuel me miraba raro, ¿y ahora qué es lo que quieres aquí? ¿Ya sé, vienes a decirme que volviste con la cabaretera esa?
Andrea: ¿Qué quieres? – Preguntó seria, lo miró y volvió su atención a la computadora. Cuando la vio, Samuel inmediatamente recordó su sueño de anoche, tragó saliva y sintió su pulso acelerar, jamás en su vida había tenido un sueño tan real, él aún podía sentir el sabor de sus labios en su boca, su piel suave, la calidez de su cuerpo...
Samuel: Anoche te quedaste en el rancho de tu madre. - Dijo. Samuel se veía nervioso, ¿Pero qué le pasa a él?
Andrea: Así es, quise quedarme con mi familia, pero llamé a Nieves. – Dijo, mientras miraba a la computadora.
Samuel: Sí... Nieves me lo dijo. – Dijo.
Andrea: Por cierto, mi abuelo me dijo que tú estabas en el rancho. ¿Qué te pasó? ¿Te perdiste? No te vi por ningún lado. – Preguntó con ironía. No podía decirle que la vi desnuda en el lago.
Samuel: Sí... Sí... Yo te busqué para hablar de lo que pasó con Patricia y... - Decía cuando Andrea lo cortó.
Andrea: Pues no me interesa! – Dijo mirándole seria. – ¿Puedes dejarme sola? Estoy muy ocupada, gracias! – Dijo impaciente.
Samuel: Yo no me voy de aquí! Y sí, sí, tenemos que hablar! Ayer no pude hablar contigo... – Dijo nervioso. - Pero, ahora tú y yo, vamos hablar. – Dijo, caminando hacia ella, la cogió por los hombros y la puso de pie. Samuel la miraba a los ojos fijamente.
Andrea: Pero qué te pasa? ¡Suéltame! No tienes modales, eh? Eres un bruto, Samuel. – Dijo, zafándose de su agarré.
Samuel: Puedes llamarme de lo que quieras, pero tú me vas a escuchar... - Dijo decidido, mientras la cogía por el brazo. Estaban muy cerca cuando él habló. – No sé lo que está pasando por tu cabeza, pero tienes que saber de lo que pasó... Andrea, yo no tengo nada que ver con... - Decía, cuando alguien los interrumpió.
XXX: Disculpa, la puerta estaba abierta... - Dijo el hombre joven, mientras entraba en el despacho de Andrea. Samuel aún tenía sus manos en los brazos de su mujer, estaban muy cerca cuando voltearon la atención hacía la voz. – Vine a hablar con la directora financiera del banco... ¿Es usted, señorita? – Preguntó el hombre con una sonrisa, tenía unos veinte siete años, era muy guapo y no dejó de mirar a Andrea, lo que molestó mucho a Samuel.