Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
********************
En el día siguiente...
Yo estaba en un vasto campo verde, llevaba puesto un vestido blanco, estaba con mis ojos cerrados, me sentía tan tranquila y llena de paz... Siento una mano tocando mi hombro, me volteo y no puedo contener mi emoción, me acerco hacia él y lo abrazo fuerte.
Andrea: No puedo creer que estás aquí. - Dije llorando.
Ignacio: Aunque no me veas, yo siempre estoy cerca de ti... - Dijo, mientras acariciaba mi cabello.
Andrea: Te extraño tanto papá... - Dije, apartándome para mirarlo a los ojos.
Ignacio: Y yo a ti mi princesa... Pero yo nunca voy a dejarlos solos. - Dijo poniendo la mano en mi vientre. Yo le sonreí, mientras limpiaba mis lágrimas.
Andrea: Vas a ser abuelo... - Dije con dulzura.
Ignacio: Ya lo sé... Y tú vas a ser una gran madre, estoy orgulloso de la mujer que te has convertido, mi pequeña. – Dijo.
Andrea: Ay papá, no sé qué hacer... Me siento tan mal... Estoy tan confundida. - Dije, tenía muchas ganas de llorar.
Ignacio: Lo sé, mi princesa. Pero no estás sola. Tienes muchas personas que te quieren, y un gran amor que daría su vida por ti. - Dijo mirándola con ternura. - Pero debes tener mucho cuidado, mi amor. Tu vida aún está en riesgo. – Dijo mientras tomaba mis manos.
Andrea: ¿Alguién me quiere hacer daño? Pero yo no tengo enemigos... No te entiendo, papá. - Dije confundida.
Ignacio: Hay personas que no soportan la felicidad ajena, y motivados por estos sentimientos negativos, se convierten en personas peligrosas. Hija, cerca de ti hay alguien así, que no va a descansar hasta hacerte daño. Ella ya lo ha intentado, pero no te dejes engañar, eres una Del Junco, eres mi hija, y vas a saber identificar la verdad... ¡Vas a ser muy feliz, mi princesa! Ahora tienes que ir, te están esperando... - Dijo, mientras acariciaba mi rostro con sus manos.
Andrea: No quiero dejarte, papá. - Dije llorando.
Ignacio: Yo siempre voy estar cerca de ti, mi amor. Pero ahora tu familia te necesita, ¿No lo puedes escuchar? – Dijo mi papá. Entonces empecé a escuchar las voces de mi familia, están tan cerca de mí. – Abre tus ojos hija y lucha por tu felicidad. Yo siempre voy a estar contigo, te amo mi princesa. – Dijo mi papá, mientras besaba mi frente y me abrazaba.
Andrea: Yo también te amo, papá. - Dije, abrazándolo fuertemente. Alzo mi cabeza para mirarlo a los ojos, pero mi papá ya no estaba.