Samuel y Andrea están en el mejor momento de sus vidas, son recién casados, felices y se aman intensamente. Tienen muchos planes para el futuro y ya piensan en formar su propia familia, pero por ahora, están empeñados en recuperar el Rancho Del Junc...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En la mañana siguiente,
En el Rancho Del Junco.
Cayetana se veía visiblemente nerviosa, mientras su familia la trataba de calmar.
Cayetana: ¡Es que no puedo creer que no hayan contestado mis llamadas! Estos dos van hacer algo, ¡Estoy segura! – Dijo.
Néstor: Mi amor, no te pongas así. Ni siquiera has probado el desayuno. – Dijo.
Cayetana: Es que no tengo hambre. – Dijo.
Sofía: Mamá, todavía no se sabe de nada. Tienes que desayunar. – Dijo.
Arturo: Mi Chaparrita tiene razón. – Dijo.
Flavio: No va a pasar nada malo. Mi hermano no va dejar que Andrea haga una tontería. – Dijo.
Irina: Así es, además, Andrea es muy juiciosa, mamá. Ella no va hacer ninguna locura. – Dijo.
Don Felipe: Pues entonces, voltéate la cabeza. – Dijo mirando hacia Andrea y Samuel que acababan de llegar hacia el comedor. – Bienvenidos al fuerte mis soldados. – Dijo con una sonrisa.
Andrea: Buenos días, familia. – Dijo abrazada a Samuel.
Las Del Junco: ¡Hermana! – Dijeron con lágrimas en los ojos.
Cayetana: No lo puedo creer... ¿Qué haces aquí Andrea Gallardo Del Junco? ¿Te volviste loca o qué? – Preguntó enojada mientras caminaba hacia ella.
Andrea: Hola, también te quiero mamá. – Dijo con una sonrisa.
Cayetana: Mi niña... Mi chiquita... Mi hija adorada. – Dijo abrazándola. – Te quiero, pero también te voy a regañar por esa locura. – Dijo llorando mientras la abrazaba.
Andrea: Lo sé. - Dijo, con lágrimas en los ojos.
Arturo: ¿Qué pasó, carnal? ¿Qué locura es esa? – Preguntó mientras se acercaba a Samuel.
Flavio: Al fin no soy el único que hace locuras en esta familia. – Dijo divertido.
Arturo: No seas payaso. – Dijo poniendo los ojos en blanco.
Samuel: Hermanos... Que bueno volver a verlos! – Dijo, abrazándolos.
Cayetana: Estás hermosa, mi amor. – Dijo, acariciando la mejilla de su hija con la yema de sus dedos. - Mis nietos... - Dijo, visiblemente emocionada.
Andrea: Ya no llores, mamá. Tus nietos están bien, están contentos de estar aquí con su abuela, y yo también. – Dijo con una sonrisa, mientras limpiaba las lágrimas de su mamá con sus pulgares.
Sofía: Aunque sea una locura, estoy tan feliz que estás aquí. – Dijo abrazándola.
Irina: Por lo que veo, ya no soy la única cabrita loca de esta familia. – Dijo, uniéndose al abrazo.