Capítulo 5

1.5K 133 17
                                    

Veo las flores de mi alrededor ser iluminadas por el sol radiante que se presenta hoy, el cual es acompañado por un cielo azul hermoso, ese azul natural que ya casi no se ve por tener que estar centrados en la tierra, en los árboles, en las sombras. Un campo extenso sin fin recobra vida, pero que esa vida se acaba pronto si no tienen a alguien que las cuide. Puede que la naturaleza haga su curso, pero la nuestra ya ha perdido sentido alguno.

El viento roza mi cuerpo, mi rostro, mi cabello... Se nota tan bien, tan suave como si fuera el roce de la piel de mi madre. Sus tiernas caricias, los besos que me daba con sus suaves labios... Ya no volverá ese mismo sentimiento, nunca volverá. Me agacho para acariciar los pétalos de las flores coloridas que decoran la tierra de este campo. Son preciosas, tan bonitas como los de mi jardín, como los que solía plantar para estar tranquilo.

Delicados pétalos bailan entre mis dedos, sabiendo que un movimiento brusco podría arrancarles un trozo de ellas. Sonrío al ver su tímido pero fluido baile, la infancia me vuelve a la memoria, pero también sombras que lo hacen huir para que no vuelva a sentirme feliz, pero es tarde, las flores ya me han tocado esa parte.

Me acerco para oler su dulce fragancia, pero de repente, una nube oscura oculta el sol y las flores ya no brillan tanto como antes. La oscuridad va pisando el campo más rápido que la luz. En tan solo un segundo, todo está envuelto en oscuridad y sombras que se deslizan sin problema alguno. Me levanto y me giro hacia todas partes, los susurros llegan a mi cabeza, susurros que se amontonan y que me van creando un dolor de cabeza insoportable.

Planeta ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora