XLII

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-Eso es bueno no?.- Me pregunto. -Bueno al menos no estará en prisión siendo inocente.-

-Desde ese punto de vista si que lo es, no podría vivir sintiéndome culpable.-

-Y entonces cual es el problema?.-

-Es complicado.- Le conteste, y si que lo era.

-Porque lo quieres?.- Me quedé congelado. -Crees que no lo había notado?, no soy tan tonto como parezco, lo supe por tu mirada, así es como mirabas a Lydia. -

-Ha veces olvidó que me conoces muy bien. - No podía negarlo. -Pero a que te refieres con mirabas así a Lydia?.-

-Ya sabes a que me refiero, dejaste de hacerlo cuando conociste a Derek.- Puso su mano sobre mi hombro. -Y ahora que estás entre los dos, te estás volviendo loco, eso es lo confuso cierto.-

-Me estoy volviendo loco, para serte sincero.-

-Si te creo, no es común encontrarte gritándole al aire, sólo alguien loco lo haría.- Bromeo.

-Hey!!.- Me quejé.

-Lo siento, pero lo tienes que aceptar. - Se rió de mi.

-No quiero enredarse en esto. - Dije después de un momento. -Ya tienes suficientes problemas con lo del alfa como para que cargues con los míos.-

-No me importa cargar con tus problemas, tu lo haces por mí todo el tiempo, y a parte no estarías en esto si yo no hubiera culpado a Derek. -

-Yo te deje hacerlo así que no tomes toda la culpa. -

-Y que me dices del alfa, o incluso de mi, casi te mato una vez todo por no controlarme. - Se movió de lugar y se paró frente a mi. -Somos como hermanos y tus problemas también son los míos. - Me dió la mano como si cerramos un trato.

-Hermanos. - Le dije, tome su mano y lo abrace.

Después de eso le conté a Scott todo lo que había pensado desde que Derek apareció, lo cual me hizo sentir mejor. Después de un largo rato regresamos a nuestras casas, mi papá aún no había llegado así que estaría un rato sólo antes de cenar, subí a mi habitación y dejé mis cosas al lado de la cama, me acosté en la cama y prendí la lámpara.

-Ahora si podemos hablar? - Mi corazón se detuvo al escuchar su voz. -Te comió la lengua el gato?. -

-Me has asustado, creí que ya habíamos hablado de que ya no harías eso. - Dije un poco agitado.

-Lo siento, es solo que si te hablaba me inventarias alguna escusa para que no viniera. - Y si que tenía razón.

-Algún día me matarás de un infarto si lo sigues haciendo.- Camino hasta mi cama y se sentó a mi lado.

-Me alegra volver a verte. - Volvió a mirarme a los ojos pero esta vez con una sonrisa como compañera.

-Puedes dejar de fingir que todo está bien. - Dije sin pensar.

-A que te refieres? - Su sonrisa se desvaneció.

-Ya lo sabes, no solo puedes desaparecer y aparecer como si las cosas siguieran igual. - En verdad estaba enojado. -Pensé que habías muerto y eso me dejó devastado como no te imaginas. - Me Levante y camine hasta la ventana, necesitaba tomar aire.

-Lo siento, se que no debí irme así, pero era necesario, a parte no fui yo quien se aprovecho de mi supuesta muerte para acusarme de algo que yo no hice. -

-Eso estuvo mal lo sé, pero nada justifica que te hayas ido y me dejaras solo.- Sentí como las lágrimas comenzaban a bajar por mi rostro así que baje la vista para que no me viera. El se puso de pie y camino hasta mi, me tomo de la barbilla y me hizo levantar la mirada.

-Nunca quise hacerte daño, jamás lo haría. - Se acerco más a mi hasta que nuestros labios se unieron después de mucho tiempo.

Estuviste Detras De Todo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora