Infracciones Cambiadas {Larry Stylinson} [Terminada]

Capitulo 11

-Llegas tarde.

-No, no llego tarde-me miró molesto-aún faltan cinco minutos para la cita.

-Tú me dijiste ayer que...

Traté de respirar profundo, para no comenzar a gritar afuera de la agencia, pero estaba llegando a mis límites y aun ni comenzaba esto.

-Ayer me dijiste que llegáramos media hora antes para poder conversar sobre la terapia y que podíamos y que no podíamos decir-lo miré molesto-pero aquí te estuve esperando veinte minutos.

-No es mi culpa que el maldito tráfico me haya tenido ahí, Harry.

-¿Esa es tu disculpa?

-No, mi Lord-me miró enojado-la próxima vez tomaré el avión de la reina para llegar a la hora.

-Eres insoportable.

Le dije eso y comencé a caminar hacia la agencia, pero Louis me tomó la mano para detenerme, porque al parecer quería seguir discutiendo.

-Creo que deberías decirme lo que piensas así la psicóloga no notará ese tono tuyo cuando dices algo en broma, pero todos saben que es verdad.

-Egoísta.

-¿Qué?

-Me dijiste que te dijera que pensaba de ti. Eres un egoísta.

Louis comenzó a sonreír hacia otro lado al no creer el único adjetivo que usé para describirlo, pero no me refutó nada, solo me miró como si tuviera algo guardado hace mucho tiempo, para luego soltar su vomito verbal.

-Deberías quitarte todos esos tatuajes. Pareces ex presidiario.

No pude responder nada, me quedé con la ira en medio de mi garganta y tuve que correr hacia su encuentro, porque ahora era él el que había entrado a la agencia, sin darme tiempo que pedirle que se disculpara, porque apenar llegué junto a él, la secretaria nos llamó para pasar a la oficina de la psicóloga.

Caminamos juntos y una mujer de unos cuarenta años estaba sentada en un sillón que se veía demasiado cómodo, para tener una mesita de café frente a ella y un sillón más grande, del mismo color café al lado, de modo que cuando nos sentáramos pudiéramos verla a los ojos, o eso creía.

Se levantó y nos estrechó la mano feliz, para hacernos una señal de que nos sentáramos, luego servirnos agua, acomodar esas pelotitas que cuando las golpeas con otra forma un movimiento de péndulo, moviéndose la del otro extremo.

-Bueno, al fin los conozco.

Ambos sonreímos nerviosos y ella anotó algo en su agenda, sintiéndome malditamente intimidado y sabiendo que no íbamos a poder esconder los putos problemas que estábamos teniendo con Louis, además de que ya ni compartíamos la misma casa.

-Como ya deben saber, mi nombre es Sara y soy la psicóloga que los acompañara en este proceso. Quiero que se relajen y hablen con total libertad, sin tratar de mostrar la parte linda de su matrimonio. Solo hablen de cómo es su vida y les haré un par de preguntas más.

Ambos asentimos y ella se vio contenta por nuestra reacción.

-Leí su expediente, pero sé que no es lo mismo, así que me gustaría que me hablaran un poco de ustedes, antes de empezar.

Ambos nos miramos sin saber quién comenzar a hablar, pero le hice un gesto a Louis y él después de aclarar su voz, comenzó a contar nuestra historia.

-Yo soy Louis, él es Harry y estamos casados hace un poco más de cinco años, en mayo los cumplimos.

Sara asintió y anotó en su libreta, esperando que Louis siguiera hablando.