41. Aún respiro.

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Hoy me levante desde temprano enseguida bañando a Lottie y dándome un baño a mi y vistiéndola con el mejor conjunto de ropa que le compre, que es un vestido blanco largo con violetas por todos lados y una bandita para su cabeza. Busqué en el cuarto de lavandería alguna de su ropa que se pudiera quedar aquí y recogí sus juguetes, realmente tarde demasiado ya que me tomé muy enserio de comprarle cosas. Incluso ella se enamoro de un oso que Morgan le compro en JC pennys, el cual ella no suelta para nada.

—¿Ocupada?—Levante una sonaja debajo del comedor y mire a Morgan, que estaba en bóxers con el cabello desordenado y con su encantadora voz ronca por las mañanas.

—Quiero que todas sus cosas estén en su cuna, que no se quede nada.

—¿Y eso por qué?—Camino a la cocina y saco jugo del refrigerador.

—Porque le compre demasiadas cosas y porque me sentiré muy triste si llego a ver algo que sea de ella.—Me encogí de hombros y lance el juguete a su cuna.

—Parece estar feliz.—Ambos miramos a Lottie, que estaba junto a la sala en su andadera brincando y babeando su mano.

—Verá a su mama, debe estarlo.

—Una semana muy larga pero ya tendremos sexo, Yupi.—Dio un salto infantil haciéndonos reír a ambas.

—Es como si fueses a ir a Disneyland.—Añadí riendo.

—Tu eres como mi Disneyland.—Me sonrió coquetamente haciéndome sonrojar un poco.

—Vendrán por ella dentro de dos horas, ya me han llamado así que ve a darte una ducha para que podamos desayunar juntos por última vez.—Hice panqueques, huevo, tocino y ensalada de frutas. Morgan regresó vestido con unos jeans y un jearsey gris, limpio y guapo. Tomo a Lottie en brazos y la sentó en su banquito.

—¿Estás triste?—Pregunto metiendo un poco de comida a su boca.

—No es solo que, siento una presión en mi pecho al pensar que ya no la veré. Me encariñe demasiado supongo.—Me encogí de hombros sin dejar de sostener la manita de Lottie.

—Llegaras a tener el tuyo pronto.

—Creí que dirías que lo hiciéramos ahora.—Admití sonriendo levemente.

—No quiero niños. No ahora.—Giro sus ojos y siguió comiendo. Lo que dijo hizo que se me quitara él hambre concentrándome en darle su comida a Lottie, apreciando su olor a lavanda, su suave piel, sus grandes ojos grises y esas rizadas pestañas. Lottie es una bebe muy hermosa, me hace preguntar cómo será mi bebe, si tendré una niña o un niño. ¿Qué quiero tener realmente? Quisiera un niño pues siento que Morgan se sentiría orgulloso de tener en quien influir acerca de gustos y estoy segura que haría de nuestro hijo el mejor, sé que lo educaría y no permitiría que tomará el mismo camino que el. Al terminar el desayuno, Morgan se encargó de recoger los trates donde habíamos o donde él había comido para después prepararle la fórmula de leche a Lottie. Yo le di el biberón mientras la arrullaba y le tarareaba flashlight de Jessie J pues yo me había obsesionado con la tonada y la letra. Deje a Lottie dormida en mi cama, rodeada de almohadas mientras yo no dejaba de acariciar sus grandes mejillas.

—Has estado todo este rato con ella, sin dejar de mirarla.—Morgan se quejó mientras salía del baño.

—Bueno, no es que vaya a desaparecer pero bueno quiero apreciar sus últimos minutos aquí y que ya dormiré mis horas completas.

—Siento que cuando se vaya me pedirás tener un hijo.—Sonrió y corrió fuera de la habitación. Comencé a escuchar voces y risas, me levante con cuidado y enseguida me encontré entre los brazos de Gabriela.

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