Kylie.
Desperté temprano, apenas amanecía observe a Morgan dormido con Nugget a su lado. La noche de ayer fue realmente elegante y deliciosa, nunca me habían llevado en una cita a un lugar así, ni siquiera pensé que seria posible que Morgan se comportara normal o simplemente más caballeroso y dulce. Al salir del restaurante, él quería despedirse de su madre así que fuimos a casa de sus padres, nos recibieron amablemente aunque yo me dispuse a recorrer por la casa. Todo ese tiempo discutieron de su horario en Japón mientras bebían vino, mi corazón latía demasiado rápido como justo ahora.
—Tendría que ser yo él que se levantara temprano, ¿no es así?—Me aleje de la ventana y muy apenas logre sonreír.
—Estoy segura, aun así no se que paso conmigo hoy.
—Quedate en cama conmigo un rato más.—Murmuro y su voz me hizo sonreír, adoro cuando es así de ronca. Hice lo que me pidió, me acerque más a él recargando mi cabeza en su antebrazo y él comenzó a acariciar mi cabello.
—¿A que hora sale tu avión?—Murmuré y él suspiro, pensando.
—Ocho de la mañana, será un largo vuelo. Tendrás que prestarle a tu esposo un par de libros buenos.
—Supongo que sí.—Baje mi mirada a su torso desnudo, aun pensativa.
—Quiero que entres en una escuela canina, tenemos que educar a nuestro hijo.—Mi mirada fue a parar hacia Nugget, que ahora estaba en una esquina de la cama hecho ovillo.
—Lo sé, mi biblioteca no es un baño.—Reí.
—Nos quedan dos horas.—Murmuro contra mi oído, haciendo sentir escalofríos. Su mano acaricio mi cintura hasta llegar a mis bragas.
—¿Eso quieres?—Murmuré comenzando a excitarme.
—Y otras cosas.—Entonces sus dedos entraron en mi.
*Si, disculpen yo no escribo
porno así que ya saben
que tendrán sexo y todo.Terminamos cansados, él no quería soltarme de su agarre mientras besaba mi coronilla.Estar así con el, de una forma tan tranquila y cómoda comenzaba darme sueño una vez más.
—Tengo que irme en media hora, amor.—Murmuró al ver la hora de su teléfono.
—Si, claro.—Bostece al agacharme por mi camisa. Él se levanto y me miro antes de entrar al baño, beso mi frente y se dio una ducha. A partir de eso todo fue demasiado rápido, no dejo de caminar de un lado a otro y yo solo me límite a hacer la cama. Sus maletas ya estaban en la puerta de la habitación, me pidió que las llevara hacia la sala y eso hice. Marissa había hecho él desayuno, él olor a huevos y fruta era exquisito.
—Buenos dias, Marissa. No escuchamos cuando llegaste.—Y mi rostro se sonrojo, seguro nos habrá escuchado haciendo nuestras cosas.
—Escuchaba música que mis sobrinas descargaron, no escuche nada gracias a dios.—Se encontraba de espaldas cocinando, me senté en la barra y agradecí que no viera mi rojo rostro.
—Tengo que irme, buenos días Marissa.—Tomó un panque en su mano y se metió la mitad a la boca.—Desayunaré en el avión.—Llevaba puesto unos jeans y una camisa que decía eat it repetidas veces con su mochila en los hombros.
—Cariño, diviertete y haz las cosas bien. Quiero que triunfes en tu primer pasarela y no te pongas nervioso. Te adoro.—Marissa beso su mejilla y lo abrazo. Me levante, aferrando mis pequeños brazos a su cuello, aspirando su fragancia por ultima vez.
—No llores, piece of shit.—Negué con la cabeza y repetí que no lo haría.
—Quiero que lo hagas bien pero recuerda que eres mio.—Lo tome de la mandíbula y lo obligue a verme, él evitaba reír.—No quiero separarme de ti antes del año, no quiero que te acerques a ninguna perra. Solo a mi, lo sabes.
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One Year
Teen Fiction»Quien diría que tus propios padres te obligarían a casarte con un desconocido a tus solo 22 años. 365 días, 12 meses juntos hasta el "divorcio".