Pov Castiel
¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué creí que venir a este estupido viaje sería una buena idea? Las cosas se había jodido mucho más de lo que ya estaban antes. Soy un estupido, eso está más que claro pero es que esa chica lograba sacar aquella parte de mí.
Romper su corazón, me odiaba a mi mismo por haberlo hecho y la verdad es que si pudiera volver el tiempo atrás escogería a Sucrette.
Entro a la habitación y me siento a los pies de la cama, Debrah esta recostada allí mismo durmiendo pero evito mirarla, solo me quedo ahí sentado pensando en lo mal que se ve todo. Quisiera tomar mis cosas y largarme de aquí pero ahora es demasiado tarde para eso, ahora estoy atado.
Me inundo en recuerdos de Sucrette, sus labios, su aroma, su cálida piel, estuvo tan cerca de mí y todo parecía tan correcto que rezaba para que aquel momento no terminara, para poder sentirla cerca una vez más.
Negué con la cabeza sintiendome ahogado, ahora sí que la había perdido, se había escurrido entre mis dedos y me daba colera imaginarmela en los brazos de aquel otro idiota que parecía tan perfecto para ella, tan contrario a mí.
“Te amo” Dejé que esas palabras salieran de mi boca, hace mucho que no lo hacian y ella se limitó a decir un “Lo sé”…Sé que también me quiere, se le nota en todo su ser, se nota en cada palabra y en cada movimiento que hace cuando estoy cerca, la conozco…quizás la conozco mejor de lo que me conozco a mí mismo porque ahora mismo no podía comprender que me llevó a hacer todo lo que hice, a decir todo lo que dije.
Miré a Debrah una vez más, se veía tranquila. Si no fui un buen chico para Sucrette tal vez podria serlo para Debrah…para ese niño que venía en camino, pero no quería serlo, cada parte de mi quería huir y todo estaba realmente mal pero yo ya era lo suficientemente maduro y mayor para estar sufriendo por amor… ¿En qué me había convertido? Maldecí en voz baja por ultima vez y me quedé mirando a Debrah.
Pov Sucrette.
―Deme un momento ―dijo y dirigió su mirada al computador tecleando un montón de teclas.
Solté un suspiro cansada, el viaje había sido agotador y el estrés mental de toda la situación vivida me hacia estar al borde de un ataque de pánico constantemente. Miré a la mujer, con el ceño fruncido.
―Bien, creo que aquí encontré el problema, Srt. Sucrette, usted no ha pagado su inscripción.
Me costó un poco entender de lo que estaba hablando. ¿Inscripción? Tenía que haber un error, mis padres la tenían que pagar, era lo único que tenían que hacer. Maldición.
―Vale ¿Hasta cuando tengo plazo para pagarlo?
―Mañana es el último plazo.
―¿No puedo acceder a mi dormitorio de todas formas? Tengo todas mis cosas allí.
―Ya que aún tienes plazo hasta mañana puedes entrar pero necesitas ponerte al día con los pagos lo antes posible.
―Sí, gracias…¿Puedo entrar ahora? ―Extendí la mano para que me entregara mi tarjeta estudiantil.
Cuando llegué a mi habitación noté que Mina, mi compañera de dormitorio, no estaba. Dejé el bolso en la habitación y agarré mi celular para marcarle a mamá. El celular sonó seis veces antes de que alguien contestara.
―¿Hola? ―dijo mamá, sonaba perdida, para variar.
―Mamá, dicen en la universidad que no han enviado el dinero para la inscripción. ―dijé tratando de no sonar al borde de un colapso mental.
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Corazón de melón: La sombra del pasado [Editando]
FanfictionEsta historia contiene personajes, diálogos y situación del juego "Corazón de melón" por lo que podría contener spoilers.