Capítulo 35

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Cuando lo vi todo comenzó a ir en cámara lenta, di un algunos pasos hacia delante para poder mirarlo mejor, sus ojos me miraban con una mezcla de desconcierto y hostilidad, se detuvo abruptamente mientras la chica rubia se quedaba parada tras de él, apoyando una mano sobre su brazo de manera casual y familiar. Aquella imagen logro desmoronarme, romperme y partirme en dos una vez más.

«Lo he perdido, otra vez» pensé, y una triste sonrisa se dibujo en mis labios mientras me daba media vuelta para mirar a las chicas. Ambas lucían un poco perdidas, mirándome serias.

¿Qué crees que estás haciendo aquí? —espetó Castiel dando algunos pasos hacia mí, metiendo las manos en sus bolsillos, despegándose de la rubia y sonando muy, muy molesto.

¿Cuál era el siguiente paso en nuestro plan? Él estaba allí esperando una respuesta pero yo solo sentía que me hacia cada vez más y más pequeña.

—Lysandro nos ha pedido que te trajéramos algo —dijo Rosalya de la anda poniéndose frente a mí, Castiel aparto sus ojos de los míos para mirar a Rosalya.

—Él no me ha dicho nada — dijo frío.

—Es que era una sorpresa, te he traído algo que realmente te gusta y sería muy idiota de tu parte no darte el tiempo para ir a recoger aquella sorpresa —siguió Rosalya y yo ya me había perdido en aquella conversación.

—¿A qué están jugando? —masculló acercándose más a nosotras, casi murmurando y frunciendo el ceño.

—¿No me presentas a tus amigas? —dijo la rubia caminado hacia nosotros.

La chica tenía un leve parecido a Amber, más que nada en el cabello; rubia de ojos negros, vistiendo casual. Era guapa, tenía que admitirlo; pero si seguía tocando así a Castiel probablemente no iba a responder por mis propios actos.

Castiel rodó los ojos y la chica le miro sonriendo divertida.

—Soy Juliet —nos sonrió la chica con simpatía.

—¿Es tu novia? —solté mirando a Castiel, las palabras simplemente explotaron saliendo de mi boca. Esperaba que la chica se mostrara sorprendida pero en vez de eso, siguió riendo.

—No nos gusta poner etiqueta a nuestra relación pero se podría decir que somos algo así ¿No, Cassy? —le dio un codazo a Castiel.

Arrugué la frente al escuchar el apodo.

—Claro, claro — respondió Castiel negando con la cabeza, mirándola mientras le sonreía de lado.

Se sentía mal, era muy diferente a lo de Debrah, la forma en que la miraba, la manera en que le sonreía. Los miré sintiéndome incomoda, me di media vuelta y salí de la recepción tan rápido como pude. No podía estar allí con ellos y verlos, no había nada que yo pudiera hacer, no había manera. Llegué demasiado tarde.

Una mano agarró mi muñeca, por un segundo creí que era Castiel. Deseaba que fuera Castiel, pero no. Era Laeti.

—¿Qué haces? No puedes huir ahora —dijo entre dientes.

—Tiene una nueva novia. No hay nada que yo pueda hacer aquí...tiene novia.

—No quiero parecer grosera pero no eres la indicada para indignarte por eso. Te vas a casar con otro chico...y Castiel lo sabe, tal vez solo quiso seguir con su vida. Si llegaste hasta aquí tienes que intentarlo.

Tal vez tenía razón. Pero estaba molesta ¿Por qué todo no podía ser simple? Cada vez que nos encontrábamos nos estábamos perdiendo también.

Escuché unas voces acercándose cada vez más, eran Castiel y la otra chica caminando hacia nosotras junto a Rosalya. —¿A donde ibas huyendo? —preguntó Castiel. Estaba molesto, Dios. Podía escucharlo en su voz.

Corazón de melón: La sombra del pasado [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora