Capítulo 32

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Pov Sucrette

El puño de Castiel golpeó con fuerza la nariz de Viktor, todo era como un deja vu que trascurría en cámara lenta. Realmente creí que Viktor no respondería a aquel acto de Castiel, él era el tipo de chico que no se rebajaría a ese punto. Sin embargo, me equivoqué, Viktor no tardó mucho en devolverle el golpe junto con un empujón, haciendo que Castiel tuviera que retroceder unos pasos, seguramente él tampoco se lo esperaba.

—¡Ya basta! —grité queriendo detenerlos pero ninguno de los dos quiso escucharme. No podía quedarme parada viendo como se daban de golpes.

Cuando Castiel intentó devolverle el manotazo a Viktor me interpuse entre los dos, su puño se detuvo justo antes de lanzar el golpe.

—Sucrette, esté no es asunto tuyo —dijo apretando los dientes.

—¡Están en mi casa! —miré a Castiel y luego a Viktor, tratando de mantenerme seria.

—Dime que me vaya y me iré —Castiel bajó las manos mirándome, parecía derrotado y algo se removió dentro de mí.

—Esto es ridículo —se rió Viktor tocando su labio inferior, el cual estaba sangrando un poco.

—Vete —dije con dificultad bajando la mirada, no podía decírselo a la cara.

Él se dio vuelta, sin decir siquiera una palabra, dándome la espalda y apretando sus puños, caminando hacia la puerta, alejándose de mí. Tal vez está vez seria para siempre.

Pero no. Se dio media vuelta y caminó hacia mí.

—Una última vez, sólo hablemos.

No quería pero le dije que sí. Salimos de mi casa y fuimos al parque, antes de salir le sonreí a Viktor diciendo que volvería pronto.

—No puedes casarte, Su —dijo sin mirarme cuando nos sentamos en una banca.

—No eres nadie para decirme que puedo o no puedo hacer, Castiel.

—Dijiste que me amabas.

—Te amaba. Te amaba —repetí asintiendo con la cabeza—. Te amé.

—¿Qué? Ahora no dirás que estas enamorada de eso idiota ¿No?

La verdad no lo sé. No sé si lo que siento es amor pero después de salir corriendo de la casa de Lysandro, dejando a Castiel atrás, imaginé una vida junto a Viktor y me gustó, y lo quería. Y llamé para decirle que aceptaba.

—Ya tomé mi decisión —suspiré.

—Te amo. Mierda, Sucrette, siempre te amé ¿Lo sabes, no? Yo lo siento tanto, el orgullo me hizo perderte muchas veces. Y ahora que por fin no estoy atado a esa...Mira, estoy aquí tragándome el orgullo por ti.

—Eres un idiota. Te perdono ¿Feliz? Ahora sólo...déjalo ir.

—¿Estas segura?

—Él es el indicado.

—Te amo, pero si quieres dejar esto ir lo entiendo. Pero te estas equivocando. Te conozco, ese chico...no serás feliz. Dime que me vaya y me iré, pero esta vez para siempre. No puedo seguir sabiendo de ti. Si quieres seguir con tu vida, adelante.

—¿Quién te crees que eres? —dije indignada—. Fuiste tú el que destrozó lo nuestro ¿De qué te quejas? Tus "lo siento" no arreglan nada, ni hacen desaparecer la mierda que me hiciste vivir.

—¡¿Y qué más quieres que haga?! No puedo volver el tiempo atrás maldita sea.

—Ese es el jodido problema. No importa lo que hagas o lo que digas, nada va a cambiar. Te odio. Desde el momento en que te fuiste, te he odiado, cada día. ¡Así que toma toda tu mierda, vete de mi vida, y déjame en paz!

—Perfecto. Si así lo quieres así será. Te...—se puso de pie, mirándome—. Olvídalo, ya te lo dije. 

Me puse de pie, arrojando mis propios sentimientos al basurero y caminé de vuelta a casa, de vuelta a la vida que había elegido. 

Pov Castiel

Seguir en este pueblo era inútil, no iba a quedarme aquí a ver como esos idiotas jugaban a la familia feliz. No estaba dispuesto a verla con alguien más. Pero Sucrette ya había tomado su decisión y todas aquellas palabras que me escupió se escondían en el fondo de mi mente, clavándose en mí.  

"Cuando tu mundo se derrumbe no voy a estar ahí para ti" Me dijo una vez, lo decía en serio. Hoy mi mundo se estaba haciendo pedazos y ella no estaba. 

Mis "Te amo" le valieron. Quizás era el momento adecuado de cerrar esta historia y comenzar de nuevo. 

Pov Sucrette (Dos semanas después)

La boda será en seis meses. Hemos decidido ponerle fecha de una vez, a veces me parece que falta mucho, otras veces siento que el tiempo avanza demasiado rápido. 

  —¿Qué te parece el nombre Noah? — dice Viktor mirándome, sentado justo frente a mí.

  —¿De qué hablas?  —pregunto yo confundida. 

  —Para nuestro primer hijo  —sonríe ampliamente. 

   Yo niego con la cabeza riendo, esperando que lo diga en broma. No es que no quiera una familia, es solo que es exagerado. Es solo que aún tengo miedo. 

  —He comprado una casa en París, creí que te gustaría ir a vivir allí, alejarte de todo esto después de la boda.  

Pov Castiel (Tres semanas después) 

Conseguí un pequeño apartamento en uno de los pueblos de alrededor, no es mucho pero es suficiente para mí. Estoy con Demonio y mi guitarra, tocando en bares para ganar algo de dinero. Debrah ha intentado disculparse, yo solo la mando de paseo, no importa nada de lo que pueda decir. No he sabido mucho más de ella. Tampoco he sabido de Sucrette. Las cosas van bien. 



Pov Sucrette (Cuatro semanas después) 

"Por todo lo que dije, lo siento" Envio un mensaje a Castiel. Nunca lo recibe. 

Pov Castiel (Cinco semanas después) 

Hay una chica, a veces va a los bares para verme tocar, no significa nada. Sigo pensando en Sucrette. 

Pov Sucrette (Seis semanas después) 

Viktor me pregunta sobre la luna de miel, se ve emocionado por todo esto. ¿Por qué no puedo sentirme así también? Nunca sé que responderle así que solo pinto una falsa sonrisa en mi rostro.  

A veces siento que lo amo, veo su cabellera negra y su dulce sonrisa y me siento afortunada. Otras veces no lo soporto, no me soporto. 

Pov Castiel (Siete semanas después) 

Ahora tal vez sí signifique algo. Ella es agradable, no se parece a Debrah, ni a Sucrette, pero quizás pueda acostumbrarme. 

Pov Sucrette (Ocho semanas después) 

Al final ya he tomado la decisión, tengo que vivir con esto y seguir adelante. Es cómodo, y está bien. 

Corazón de melón: La sombra del pasado [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora