Capítulo 43

2.8K 251 38
                                    


«Voy a estar aquí, hoy, mañana, la semana que viene, incluso el siguiente año, ¿La sabes? Por si decides volver, por si necesitas un amigo o solo un hombro en el cual llorar, seguiré estando para ti ¿Lo entiendes? »

Las palabras de Viktor seguían resonando en mi mente una y otra vez, mientras el temor de haber tomado la decisión equivocada me invadía a cada segundo. Di un profundo suspiro y miré directamente al techo de mi habitación, me sentía realmente mal por todo esto.

Fuertes golpes en la puerta interrumpieron mis pensamientos. Mis padres no estaban en casa aunque sus maletas seguían aquí, por lo cual asumí que debían estar en casa de alguno de sus amigos, lo cual era muy bueno, no estaba de animo para darles explicaciones de cosas que realmente no eran de su incumbencía.

Los golpes volvieron a escucharse, esta vez más fuertes.

—¡Ya van! —grité algo molesta cuando bajaba las escaleras.

¿Qué era tan urgente para tener que interumpirme de esa forma? Tomé otra bocanada de aire antes de abrir la puerta, como si de alguna forma hubiese sabido que tenía que preprarme para algo.

Todo el aire salió de mis pulmones y me sentí mareada cuando vi a Castiel, allí de pie, luciendo lamentable. Llevaba la misma ropa así que supuse que había venido directamente desde el hospital.

—¿Qué haces aquí? —pregunté recobrando la compostura y apoyandome en el marco de la puerta.

—Te fuiste demasiado pronto… y tenía cosas que decirte —dijo en un tono vacilante, rascandose la nuca—. ¿Puedo entrar?

—No. No…Mmm  —miré apresuradamente alrededor, si mis padres llegaban o cualquier persona lo veía aquí…no me parecía una muy buena idea.

—¿Qué?

Di un paso afuera y cerré la puerta tras de mí.

—Si quieres hablar es mejor hacerlo en otro lado… —me encogí de hombros.

Ambos nos subimos a su auto en completo silencio. Mi corazón se sentía realmente extraño cuando estaba cerca de él, realmente dolía, y no sabía si eso era bueno o malo, si era una señal o una advertencía.

—¿Cómo está tu novia? —fue lo primero que salió de mis labios mientras el conducía.

Pude notar como el agarre de sus manos en el volante de hizo más tenso y movió su cabeza de un lado a otro.

—Juliet está bien, va a estar bien pero… —dejo la frase en el aire volteando su mirada hacia mí.

Me quedé mirandolo confundida ¿Tenía que decirle algo? No estaba completamente segura de que estaba pasando. En ese momento vi el papel escrito que había dejado bajo su puerta, maldecí en voz baja leyendolo.

«Aún así te amo»

Mi rostro se volvió rojo por la vergüenza , miré de vuelta a Castiel, quien también me miraba. Me esperé algun tipo de broma como respueta, o al menos algun comentario sarcastico pero nada de eso vino. Solo estaba allí, serio. Y está vez no podía desifrarlo.

—¿A dónde vamos? —pregunté.

—Yo…no lo sé, maldición —le dio un pequeño golpe al volante y dobló en una esquina, estacionando el auto cerca de un parque.

—¿Qué es lo que tienes? —pregunté esta vez en un tono más alto.

—¡Juliet no es mi novia! —soltó mirandome con el ceño fruncido. Me quedé helada—. No es mi novia ¿Está bien? Solo es una amiga, es hija del dueño del bar donde toco y ella…sabía de ti, sabia de nosotros.

Mordí mi lengua y me quedé mirando el parabrisas con un semblante serio ¿A que estaba jugando ahora? No lograba entender la situación en la que nos encontrabamos. Quise tomarme las cosas con calma, respirar profundo y contar hasta diez.

—¿Y por qué fingió ser tu novia?

—Quería ayudarme.

—¿Ayudarte a qué?

—A recuperarte.

Ahí fue cuando sentí romperse algo dentro de mí, algo que realmente me estaba lastimando. Lo miré al borde de las lagrimas.

—Todo este tiempo, te he seguido queriendo…yo —sacudió su cabeza y miro al frente—. Te he seguido amando…pero, no podía dejar todo atrás, no sabía cómo. Sé que la ultima vez me rechazaste pero…

—Castiel… —le interrumpí. No podía seguir escuchandolo, no cuando solo quería que la tierra me tragara para evitar toda esta situación. Él bufó pareciendo frustrado.

Y entonces nos volvimos a quedar en silencio. No era facil, una parte de mí quería correr hacia él pero la otra parte ya estaba simplemente cansada y solo quería que todo acabara.

—¿No estas jugando? Castiel, estoy harta de todo esto, harta de…nosotros, y no entiendo realmente nada, ni que haces ni hacia donde nos dirigimos.

—Yo tampoco —suspiró él.

—Te quiero —dije.

—Y yo a ti.

—Pero… —continué.

—Mierda.

—¿Es eso suficiente?

—¿Suficiente para qué? ¿Para cancelar tu boda? Temía no llegar a tiempo…

—No habrá boda, la he cancelado esta mañana —sus ojos se abrieron en mi dirección.

—¿Por qué?

—Por él, por Viktor. No podía hacer esto, no podia…pero ¿Es lo correcto? Me duele tanto haber roto su corazón, ni siquiera se si pueda perdonarme a mi misma ¿Cómo pudiste tu vivir sabiendo que habías rotó el mio?

—Estuviste en mi cabeza cada maldito día, Sucrette, aún cuando era ella quien estaba a mi lado.

Quería creerle y refugiarme en sus brazos, pero algo me lo impedía, algo no me dejaba siquiera moverme.

—Sucrette…

—Callaté. Solo dejame…pensar.

Era una idiota, era una maldita idiota y probablemente me arrepentiría de esto más tarde pero ahora solo necesitaba de él, de su calidad, necesitaba ver que sus palabras eran reales, quería creer con todad mis fuerza que aún teníamos una posibilidad.

Me saqué el cinturon de seguirdad y me avalancé hacia él besandolo, por primera vez en mucho tiempo y con lagrimas acumuladas al borde de mis ojos, con algo de dificultad me tomó por la cintura correspondiendo al beso con más fuerza, como si ael beso fuera algo que necesitaba para seguir viviendo.

Tal ve así lo era, quizás ambos lo necesitabamos.

****

Les invito a leer mis otras historias, estoy tratando de escribirlas a la par para ir actualizando más seguido.

Por cierto, esta historia ya esta por terminar, quedan sólo una cuantos capítulos así que si quieren pedir algo, o tienen asilo una sugerencia, lo que sea, estaría encantada de leerlas. ¡Muchas gracias por sus votos y comentarios!

Corazón de melón: La sombra del pasado [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora