Capítulo 25

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He pasado demasiado tiempo sentada en el suelo de la habitación de Castiel, tengo que dejar de pensar en todo esto.

Una parte de mí me dice que simplemente olvide todo lo que acabo de escuchar y siga con mi vida, no necesito más complicaciones y definitivamente la vida de Castiel ya no es asunto mío.

Pero la otra parte de mi me dice que no puedo dejar que él arruine su vida, que quizás no sea mi asunto pero en algún momento lo fue.

Pero...¿Y si otra vez no me cree?¿Si piensa que solo estoy mintiendo para lograr algo con él? No puede ser que la historia se esté repitiendo otra vez.

Realmente quiero salir de aquí, de su habitación y de su vida pero sentía como si cadenas me ataran a él. Quería irme y volver a mi vida sin tener que preocuparme por lo que Castiel hacia con la suya.

Estoy tratando de convencerme a mi misma que es una mala idea intervenir en esto cuando el sonido de la puerta principal abriéndose llega de golpe, por un momento pienso que es Debrah la que ha vuelto pero no está diciendo nada y al pasar unos segundos reconozco sus pasos, tiene que ser Castiel.

El pánico me recorre y me pongo de pie rápidamente tratando de no hacer ningún ruido, miro a mi alrededor algo desesperada y veo la ventana, es la única salida que tengo y siento los pasos de Castiel cada vez más cerca.

Abro la ventana con cuidado cuando escucho a Demonio arañar la puerta de la habitación, maldigo en voz baja, trato de mantener la calma y hacer movimientos rápidos pero cuando vea la manilla de la puerta moviéndose lo único que puedo pensar es en huir de allí tan rápido como pueda, por eso cuando ésta se abre no dudo en lanzarme al otro lado. Sin embargo, mis torpes movimientos me hacen perder el equilibrio y caigo al suelo de cara sin poder amortiguar el golpe con mis manos.

Intento ponerme rápido de pie y continuar con mi huida pero el golpe me ha dejado algo aturdida y cuando alzó la mirada veo a Castiel mirándome con una ceja arqueada a través de la ventana

Su mirada cambia rápidamente cuando me ve y desaparece del marco de la ventana, yo me quedo sentada en el suelo rezando para que la tierra me trague porque no puedo pensar en algo más vergonzoso.

Lo veo abrir la puerta que da al patio y salir por ella, camina rápidamente hacia donde estoy y me extiende una mano ofreciéndome su ayuda.

No puedo hacer más que aceptarla. Esto es tan vergonzoso, me ha atrapado en su habitación y mientras sus ojos no se apartan de mi rostro, yo intento pensar en alguna excusa que suene bien.

Mi rostro ha de estar rojo de la vergüenza y también por el golpe que me he dado. Me ayuda a ponerme de pie sin decir una sola palabra y me afirma del brazo guiandome hasta el salón de su casa, quiero salir corriendo pero eso llamaría más la atención.

Me sienta en el sofá y lo veo caminar hasta su nevera, abre el congelador y saca hielo para luego volver hasta donde estoy yo, me lo pasa y se sienta a mi lado mirándome.

Lo acepto pero no estoy segura de que hacer, lo miro un poco confundida.

ㅡTienes sangre, te has roto...ㅡHace una señal apuntando hacia mi ceja, me toco con cuidado y efectivamente hay sangre, mucha en realidad.

ㅡGracias ㅡdigo en un murmullo, mi voz suena débilㅡ. Eh ¿Tienes papel para limpiarme? ㅡRealmente estaba saliendo sangreㅡ. O-olvidado, es mejor que me vaya ㅡCuando me iba a poner de pie sentí su mano presionando mi brazo.

ㅡPuedes quedarte, iré por el papel. ㅡSu expresión eran tan seria que daba miedo, fue y volvió después de unos segundos con papel y una botellita de alcoho moviendola hacia míㅡ. Para que desinfectes la herida.

Corazón de melón: La sombra del pasado [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora