Linda y sin pareja

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Me moví de lugar tantas veces que podría asegurar que si yo fuera la mujer que está frente a mí me hubiera amarrado al asiento, no se me da esto de los castigos pero bueno a quien si

-Debiste haber pensado dos veces al comenzar a hablar con tu novia en medio de una explicación- habló por fin la profesora Montés y aquí vamos otra vez sacándome novios o novias de la nada, esta mujer lo que tiene de atractiva lo tiene de extraña y aún así me vuelve loca, quién lo diría.

-No es mi culpa que prefiera estar cuidando estudiantes en un castigo que estar en casa con su esposo- me miró sorprendida, a decir verdad creo que ni ella ni yo nos esperábamos la respuesta que le di, ¿qué es lo que me pasa? Me quejo de ella por sacarme parejas de la nada y estoy haciendo exactamente lo mismo, no me controle salió de mis labios sin pedir permiso a mi cerebro, reaccione tarde el error ya está echo y ahora no puedo conectar mis ojos con los de ella de la vergüenza que me invade en estos momentos

-No es algo por lo que deba darle explicaciones señorita León así que para su mala suerte no existe tal esposo, así que su castigo sigue en pie- dijo fría mirándome fijamente intimidándome hasta llegar a arrepentirme por soltar aquellas palabras. ¿para mi mala suerte que ella no tenga pareja? Por favor es la mejor noticia que me han dado en años, es algo estupido que

-Alguien tan linda no tenga pareja- mierda ¿lo pensé o lo dije? lo dije... aún no salgo de una y ya me meto en otra, levanté mis ojos hacia su rostro y reflejaba una mezcla de sentimientos, se veía como si intentara contener una sonrisa, sorprendida y con una ceja alzada

-¿Cómo dice?- preguntó retándome

-Dije que alguien tan linda como usted no tenga pareja- ahora sí te jodiste Danna, ¿por qué lo repetí?. No se en que pensé cuando le solté eso, simplemente lo hice y doy gracias que estoy sentada porque podría asegurar que si estuviera de pie tendría mis piernas temblando a punto de dejar caer mi peso contra el piso. Se mantuvo pensando mis palabras, su vista no se despegaba de mí, gracias a la fuerza suprema mi castigo había terminado y ahora sí literal, salvada por la campana, me puse de pie dispuesta a salir corriendo de ahí y correr de la situación en la que yo solita me acababa de enrollar, se sentía el ambiente tenso y Laura Montés seguía en la misma posición, es gracioso porque parece que le comió la lengua el ratón, que ratón tan afortunado, vi como se puso de pie ella también sin despegarme la vista de encima, comenzó a acercase a mí hasta que estuvo muy cerca, sentía mi pecho subir y bajar como loco, igual como en mis sueños pero era obvio que en esta ocasión ella no me comería los labios desgraciadamente

-¿Piensas eso?- susurró cerca de mí, tan cerca que sentí su aliento caliente chocar en mi rostro

-Si, lo pienso ¿por qué?- conteste de igual manera que ella, sus ojos bajaron de los míos hasta mis labios y fue en ese momento cuando sentí que no podía más, repetí su acción pero me temo que no fue buena idea porque lo único qué pasó por mi mente fue lanzarme hacia ella y darle tan anhelado beso, mientras me debatía mentalmente si hacerlo o no sentí como se acercaba más a mí, parecía dispuesta a besarme y yo la esperaba con ansias, cuando veo que da media vuelta, recoge sus cosas y sale caminado de el salón dejándome ahí agitada y hambrienta de sus labios, salí con miles de sentimientos en el pecho, camine en otra dimensión hasta casa.

-Llegué mamá, estaré en mi habitación- subí las escaleras sin esperar respuesta y entré a mi habitación poniendo botón, como si un solo seguro fuera a dejar afuera a todos los sentimientos que se encuentran atormentándome ahora, no quería ver a nadie ni hablar con nadie después de lo que acaba de pasar, estuvo tan cerca de besarme y como cobarde lo único que hizo fue salir, ¿a qué está jugando conmigo? Entiendo perfectamente que ella también esté en un conflicto, me saca alrededor de 15 años, soy su alumna y entiendo que no sea fácil para ella entrar más allá de ser mi profesora, pero si no iba a besarme para que me provoca...

-Dan ¿no piensas comer nada?- escuché la voz de mi madre atrás de la puerta, no sentía hambre pero sé que si no bajó a comer voy a levantar más la preocupación de mi madre

-Si mamá perdón es solo que, quería recostarme un momento- mentí.

Bajé, mi madre me veía con duda, soy su hija por supuesto sabe que algo anda raro conmigo por más bien que actúe, terminé de comer y mi madre seguía ahí, yo estaba esperando su pregunta sobre que me pasaba

-Dan cariño, ¿te pasa algo? Sabes que puedes contarme todo hija- ahí está, no quiero mentirle, pero tampoco le voy a decir que no he logrado sacarme de la cabeza a la profesora Montés la cual me lleva 15 años y que justo hoy estuve a punto de besarla, iba a contestar a su pregunta con más mentiras pero entró mi hermano menor con cara de adormilado y fue directo hacia a mí para que lo cargara, extendió sus brazos, lo levante llenándolo de besos, él es mis ojos, mi madre nos veía con una sonrisa en el rostro pero en el fondo sabía que seguía preocupada por mí

-Descuida mamá, problemas de adolescente- me burlé de mí misma para tranquilizarla un poco -no es nada grave, estoy un poco estresada por las clases y trabajos, ya sabes- me miró con un poco de duda pero se dio por vencido al escuchar la respuesta decidida que le di

-Si hay una chica que te guste puedes decírmelo- me conoce tan bien

-Mamá, sabes que yo te lo diría- sonreí - relájate que no pasa nada ¿si?- asintió y me regalo una sonrisa.

Subí a mi habitación para alistarme ya que Claudia y yo quedamos para salir a un club esa noche aprovechando el fin de semana, se que aún no somos mayores de edad pero los dueños de ese club son familiares de Claudia y nos dejan pasar, no tenía muchos ánimos de salir pero tal vez sea bueno para despejar mi mente.

-¡Ya Dan relájate un poco!- gritó Claudia dentro de el sonido retumbando y las luces parpadeantes, me siento un poco mareada gracias a las luces, hace tanto que no salgo que ya lo siento tan cansado, Claudia al ver mi actitud pidió para mí una bebida y me obligó a tomarla para "ambientarme" yo la tomé porque la necesitaba, ya había quedado con ella para salir como para que justo ahora tenga la peor actitud

-Voy a bailar ¿quieres venir?- me preguntó Claudia caminando de espaldas hacia la pista

-Ve tu, termino esto y te alcanzó- hable refiriéndome a la bebida que estaba sobre la barra

-Bien, porque acabo de ver a un chico guapo justo allá- hizo señas discretas apuntando a la pista, solté una carcajada por su actitud come hombres y le guiñe un ojo en aprobación para que fuera a bailar con él

-Linda noche ¿no lo crees?- escuche una voz de mujer que me era tan familiar, me quedé inmóvil un momento para girar y confirmar si era la mujer que yo pensaba...




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Sobre tu mirada  •|profesora y alumna|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora