Sonrisas llenas de felicidad se me escapan lanzándose a las paredes blancas de mi habitación, causando un escalofrío de satisfacción recorriendo mi espalda completa al recordarla.Aún me cuesta entenderlo, se me complica asimilarlo, me parece imposible creer que esto esté pasando y más cuando ya me había programado con que era algo imposible, un tema tan cliché.
Mis ojos lentamente se van cerrando llevándome a un sueño profundo sin borrarla de mi cabeza.Extrañamente desperté antes de que sonara el despertador, por primera vez en mucho tiempo llegaré a tiempo al instituto, sin necesidad de correr ni apresurarme. Mi humor estaba por los cielos dejándome confundida por el cambio drástico que adquirí desde que mis ojos se abrieron.
Entrando al instituto reviso mi reloj, aún faltan 15 minutos para que la campana suene indicando el inicio de clases, esto es demasiado para alguien que tiene que correr para llegar en menos de 10 minutos a la escuela.
Claudia está distraída en su celular, cuando sube la mirada su entrecejo se frunce como acto seguido revisa el reloj de su muñeca para levantar las cejas sorprendida.
—Wow, ¿a quien tengo que agradecer por esto?– pregunta exagerada. Me encojo de hombros.
—A la vida o al destino.
—A Laura Montés más bien– ríe. Mis ojos escanean el salón entero para comprobar que ninguna de las personas que se encuentran en él haya escuchado.
—Tengo días buenos, no siempre tiene que ser por alguien– bromee.
—Como digas, ahora– subió y bajo sus cejas pícaramente –me contaras o tendré que obligarte a que lo hagas.
Comencé a hablar sin mucho detalle pues eran detalles que guardaría solo para mi, aunque Claudia sea mi mejor amiga. En el transcurso de la conversación veía su cara adquirir distintas expresiones provocando sonrisas en mi rostro.
—Es tan fuerte.
—Es increíble– sin darnos cuenta se había terminado los pocos minutos que quedaban, el salón ya estaba lleno y Laura ya se encontraba entrando, alcanzó a ver a varios de mis compañeros devorarla con la mirada, sin poder evitarlo una chispa de molestia prende dentro de mi, pero el pantalón ajustado que trae puesto me borra la memoria completamente, antes de sentarse sus ojos examinan todo el salón hasta llegar a mi, curva sus labios en una ligera sonrisa y gira la mirada hacia otra parte antes de que sea demasiado evidente.
—Buen día– saluda generalmente pero mirándome a mí.
La clase fue transcurriendo entre miradas cómplices, sonrisas discretas y un que otro regaño a mis compañeros que se empeñaban por arruinar la tranquilidad que habitaba en él aula.
Leía una y otra vez las instrucciones de la actividad que debíamos realizar haciendo mi mayor esfuerzo por concentrarme y no centrarme toda la clase en ella, en cuanto deseo besarla ahora mismo.—No te quita la mirada de encima– escuché en un susurro a Claudia atrás de mi, formando una sonrisa en mis labios.
Levante mis ojos discretamente y si, efectivamente tenía la mirada perdida en mi, un cosquilleo atacó mi estómago.Codos sobre el escritorio, piernas cruzadas, cabellos rubios ligeramente desordenados y su mirada clavada en mí, fueron suficientes para que mi corazón comenzará a latir como loco amenazando con dejar de hacerlo en pocos segundos. Duró poco en asimilar que la descubrí viéndome, pero cuando lo hizo soltó una sonrisa cínica.
El escandaloso timbre aviso que se terminó el tiempo de su clase, dejando un poco de tristeza al ahogar el agudo sonido dentro de mi. Como si fuera competencia todos se levantaron de inmediato saliendo como estampida de caballos por la puerta del salón.
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Sobre tu mirada •|profesora y alumna|•
RomanceEs la forma que tiene de mirarme, con un par de profundos ojos azules capaces de hundirme en un mar de sentimientos, logro ver su deseo por mí, su interés, como a la vez logro ver su lucha interna por intentar descifrar si es lo correcto o lo incor...