Sobre tu mirada •|profesora y alumna|•

Sedienta de sus labios

Durante la hora que faltaba me propuse a mí misma calmarme, no quería que Montés me viera temblando como un perrito chihuahua.

Estaba hablando con Claudia por mensaje y contándole detalladamente como sentía mi estómago revuelto de los nervios, mi amiga intentaba calmarme diciendo que todo saldría bien, mientras tecleaba una respuesta escuché el timbre sonar, obligándome a dejar de escribir y dejándome más fría aún, escribí rápidamente un "llegó" y bloqueando el celular después de que dos palomitas me indicaran que el mensaje había sido entregado.

Abrí la puerta viendo de arriba a abajo a la rubia extremadamente hermosa que estaba fuera de mi casa. Vestía un poco casual pero con ese toque de madurez que tanto me atrae de ella, quede idiotizada viéndola y ella al notarlo dejó ver sus dientes perfectos en una sonrisa.

-¿Me dejaras pasar o hablaremos con la puerta de por medio?

-Si, es cierto, pase por favor- dije sin dejar de mirarla y haciéndome a un lado para que pudiera pasar.

Caminó dentro observando cada detallé, las fotos familiares, los recuerdos de viajes que hicimos, las pinturas de mi madre, ningún objeto a la vista se perdió de su intimidante mirada.

-Es linda tu casa- comentó mirando una pintura que le encanta a mí madre y había pagado una fuerte cantidad para conseguirla.

-Gracias- respondí con un hilo de voz, asintió con la cabeza y giró hacia mí.

-¿Estás sola?- dirigió su mirada hacia la escalera con temor a que estuviera alguien más con nosotras

-Si, mi madre y hermano llegan hasta mañana.

-¿Tienes un hermano?- preguntó con cara de sorpresa.

Está dando muchos rodeos tengo entendido que vino aquí para continuar hablando sobre lo que quedó pendiente en el salón, no para saber si tengo hermanos o no.

-Si, un hermano pequeño

-Lindo- sonrió, me sigue matando su sonrisa -¿cuántos años tiene?.

-Tiene dos años- contesté mirando como se acercaba a una repisa con fotos de mi familia y sostiene una donde salimos mi hermanito y yo.

-Es él ¿cierto?- preguntó mirándome y yo asentí. Dejo la foto en su lugar y tomó otra donde salía mi mama y mi papa juntos -¿ellos son tus padres?

-Si- respondí mirando la foto de lejos.

-Hacen linda pareja

-Hacían- comenté, mi profesora dejó la foto en su sitio y giro viéndome confundida.

-¿Se divorciaron?- preguntó mirándome fijamente -perdón es algo que a mí no me importa- terminó diciendo al ver que no respondía.

-No, está bien- me recargué en un sillón -no se divorciaron, mi padre murió en un accidente aéreo hace dos años.

-Yo, lo siento mucho- me miró preocupada pero le sonreí para tranquilizarla. Duro en silencio unos segundos -cambiando de tema, tenemos que hablar de lo qué pasó hoy en la mañana- dijo firme.

-Si por favor hablemos de eso- la miré fijamente -porque tengo el cerebro a punto de colapsar por la situación.

-De acuerdo- camino en dirección a mí -¿en que nos habíamos quedado?- preguntó y yo traté de recordar, de un momento a otro mi pensamiento fue invadido por la escena en la que tenía acorralada a mi profesora en el escritorio preguntándole cerca de sus labios si eso era estar a punto de besar a alguien, sentí mis mejillas encenderse. Choque mis ojos con sus ojos azules y la vi sonreír, creo que ella sabe perfectamente en qué nos habíamos quedado.