Maldita línea

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Actualidad

Te miro pérdida en tus pensamientos y la necesidad desesperada por saber las maravillas que se crean en tu mente me consume en ansias.

Te miro y entiendo que la mejor decisión que pude haber tomado en mi vida fue dar el sí a tu sonrisa eterna, a tu mirada perfecta, a la sensación de un amor necesitado de caricias. Doy gracias al momento o al destino, por haberme permitido encontrar tus besos porque yo te aseguro que desde que estos aparecieron me volví a sentir viva... volví a sentir la vida después de haber estado muerta aún respirando.

No soporto observarte igual de hermosa que siempre y controlar las ganas inmensas de besarte. Muero por perderme entre tus labios cada segundo.

Me escuchas llegar, giras y me miras, como sabes que me enloquece, me engrandeces y me haces pequeña con solo parpadear. Tu cuerpo me atrae con fuerzas y mis pulmones sólo alcanzan a pronunciar una escasa petición, bésame.

Bésame con todas tus fuerzas y regálame esa sensación del amor en su esplendor, cuando nuestros ojos se conectan y los destellos que reflejan nuestras miradas se susurran secretos de amor.

Si me miras con atención podrías notar que la cordura es nula en mi persona gracias a ti. Mírame, hablando contigo en mis pensamiento si me miraras con detenimiento podrías notar que las plantas de mis pies han dejado de acariciar el suelo y que mis dedos se pierden entre los cielos.


Dos años atrás

Me siento atada de pies y manos, mis deseos desgraciadamente no van de la mano con lo correcto.
No me siento como una persona, o quizás si pero como la peor del mundo, aparentar a sido una de mis actividades diarias, estoy con Judith sin amarla y todo por no dañarla.

Doy una gran bocanada de aire con cierto desespero a sentirme viva.
Reconozco que estoy perdida, que mi cuerpo sigue estremeciéndose al escuchar su nombre, reconozco que en mis tiempos libres su silueta es trazada peligrosamente por mi mente logrando con cada trazo la irregularidad en mi respiración.

Sería la peor mentirosa si dijera que cuando despierto y lo primero que veo es un mensaje de Judith no siento una ligera desilusión, o cuando Claudia me pregunta por como vamos me faltan palabras para responder a su insípida pregunta.

¿Cómo vamos? Qué se responde ahí, ya no sé si vamos, solamente sé que soy un desastre y que mi cuerpo sigue temblando con fuerzas ante tu imagen.

La veo acercarse poco a poco, con cada paso que da su sonrisa permanece, su piel descubierta y el sudor que acaricia con delicadeza me somete a tragar en seco.

—Buenos días señorita León– debería de dejar de jugar en mis momentos vulnerables.

—Buen día– alcancé a murmurar.

Entonces siento la necesidad de opacar las palabras a besos, se sienta a mi lado y mi respiración se acelera, el exquisito aroma de su perfume dispara los objetivos, la traicionera imagen de sus labios está expuesta en mi mente y no ayuda en lo absoluto. Me giro de golpe con un solo deseo en mente besarla de nuevo, acabar con la tortura de la distancia entre nuestros labios, se pone nerviosa, su lenguaje corporal me lo dice a gritos. Mis piernas tiemblan ante el pensamiento de nuestros labios unidos de nuevo.

Sobre tu mirada  •|profesora y alumna|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora