¿Realmente está pasando esto?
—Hazlo, es la puerta celeste pastel —le digo a Random.
Camina hacia el pasillo donde está mi cuarto. Cuando está por ingresar estoy por decirle que se adentre en el de Astrid que es lo mejor, pero no he entrado a esa habitación desde su muerte. Y no dejaría que un extraño ingrese. Esa había sido su privacidad y, hasta que no tenga fuerzas por ir ahí dentro, no abriré esa puerta.
Me da una última mirada donde se toma el atrevimiento de guiñarme un ojo. Resoplo ante el aceleramiento de mi corazón que se vuelve inevitable. Los nervios me consumen como si fuera la esposa aparentemente abnegada que oculta a su amante para no ser descubierta.
Con una mano sujeto el entrelace de la toalla que he hecho en mi pecho para que no se me caiga. No quiero que ante un supuesto descuido quede desnuda frente a Dean. Igual si él quisiera podría hacerme suya en mi propia sala. Me acerco a la puerta de entrada para abrir.
—Hola. —Trato de aparentar seriedad.
—Hola —replica—. Estoy aquí para dejar en claro cómo consumiré mi dinero en ti.
Trago saliva.
—Bueno, déjame arreglarme. —Bajo mi mirada levemente hacia lo que llevo para que se dé cuenta que aún no estoy lista.
Apoya su brazo en el marco de la puerta.
—Y quién te ha dicho que vamos a salir. —Sonríe con la comisura de sus labios.
¡Oh, no!
Es obvio que querrá entrar a mi apartamento así que decido ser quien lo invite a pasar. Debo obtener distancia entre ambos sin que sospeche.
—¡Oh, bueno! Entonces, ingresa que igualmente iré a cambiarme.
Le doy la espalda dejándole la puerta abierta para que entre. Escucho sus pasos y el seguro del pomo. Sin mirar atrás, sigo mis pasos directo hacia mi cuarto.
—Espera —dice, haciendo que me detenga involuntariamente cerca de mi puerta.
Volteo.
—¿Qué ocurre? —cuestiono supuestamente confundida.
—Te acompaño a cambiarte. —Siento mis manos temblar, un síntoma de estar súper nerviosa, y no es para menos—. Quiero que te acostumbres a mi presencia ante tu cuerpo desnudo.
Si me rehúso sabrá que algo está pasando. La tensión es creciente, pero la máscara en mí empieza a florecer que, con una sonrisa, digo:
—Claro. —Relajo mis hombros.
Volteo y continúo mi paso con él detrás de mí siguiéndome. Cada uno de mis pensamientos vuelven a Random. Si Dean descubre su presencia podría retirar mi compra, y quién sabe qué será de mí.
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London © - [Serie Apariencias] [Libro #2]
Lãng mạn[ADVERTENCIA: Debes leer Random para poder leer esta parte.] London era un chica buena: No rompía ningún plato en su casa, tampoco en la calle. No bebía. No fumaba. No salía de fiesta. Era cari...