Maldita sea.
No le había encontrado sentido a esperarla. Ella se iría a encontrar con él, quien sabe y estarían en su cuarto haciéndola suya. Había recogido mi ropa y medio vestido para irme lejos de lo que ha atrapado mi conciencia, cegándola y convirtiéndome en un animal en celo.
Cada escena de esa noche viene a mi cabeza como fotografías. El control que me había contenido durante parte de mi vida, justo ahí, se estaba yendo precipitadamente hacia el borde de un acantilado. Y sin vuelta atrás, se lanzaba en un futuro que joderá a cualquiera de los dos participantes.
Nos destruirá.
—No has salido de este apartamento por una semana —recalca Frank, apoyado su brazo en el marco de la puerta de su cuarto de huésped que obviamente me lo ha ofrecido para instalarme.
Una semana, sin verla y sin hablar con ella.
Solo sé que tengo una sensación ahogante de miedo, pero ¿De qué?
—Realmente no sé de qué me hablas. —Estiro mi cuerpo en la cama.
Frank viste con el uniforme de piloto. Lo cual me recuerda que hoy tiene que salir a un viaje largo. Mis vacaciones laborales terminan en la otra semana. Con mi decisión de quedarme en el país había tenido que renovar el contrato laboral con la aerolínea a la cual estoy afiliado. Y todo por conquistar a una mujer de la cual, en estos momentos, estoy escapando estúpidamente.
—No tengo tiempo para lidiar con lo que te esté ocurriendo. —Niega con su cabeza y se aleja.
Perezosamente, logro sentarme.
—¿Qué estoy haciendo? —Me cuestiono.
Miro hacia la ventana en la cual no hay luz filtrándose por las persianas, lo que significa que debe ser jodidamente tarde o jodidamente temprano. Opto por lo segundo. Después de todo, Frank aún está aquí, y por lo general los pilotos debemos madrugar para viajar.
Alcanzo mi reloj que se encuentra sobre la mesita de noche. Son las 4:30, demasiado temprano para mí, así que, me debato con levantarme o seguir durmiendo. Sin embargo, gana lo primero por el ruido que hace mi estómago debido a una repentina e inoportuna ganas de comer cereal con leche. Saco mis piernas de la cama. Busco mi pantalón para salir.
—¿Estás? —digo, mientras cruzo la puerta para ir a la sala.
Puedo alabar el innegable gusto de decoración mediterránea que tiene el apartamento de mi amigo. Miro las fotos familiares de Frank que tiene en marcos como decoración en la pared. En ninguna está su padre. Su relación con él no es la mejor del mundo, es algo con lo que me identifico. Al menos, el mío está muerto.
La sala está silenciosa, hasta que avanzo cerca de la cocina y sale Frank de ahí.
—No, te responde el fantasma de Frank —dice, apareciendo justo con lo que tengo ganas de comer.
ESTÁS LEYENDO
London © - [Serie Apariencias] [Libro #2]
Romance[ADVERTENCIA: Debes leer Random para poder leer esta parte.] London era un chica buena: No rompía ningún plato en su casa, tampoco en la calle. No bebía. No fumaba. No salía de fiesta. Era cari...