Escucho a Random maldecir por más que intente decirlo en voz baja. Hace minutos estaba reconfortando a Olivia y ahora está peligrando nuestras vidas. El padre de Frank está aquí, eso no es nada bueno y menos que Dean lo acompañe.
El cruzar al apartamento para reclamarle a Frank de su trato hacia Olivia al parecer me ha salvado la vida por segundos. Lo suficiente para ver a Random en una última despedida si ese es mi destino.
—Espera. —Sujeto su brazo—. Te quiero, Random.
Sonríe.
Sin duda, si esta será nuestra despedida quiero esta vez sepa lo que siento por él. Sin embargo, su respuesta es la que no me espero. Más bien, no me esperaba ninguna, pero aquí está sorprendiéndome. Me aprieta contra él sin apartar su mirada de la mía y me besa. Me besa como si se estuviéramos reforzando todo lo que nos espera y todo lo que somos cuando nuestros polos se encuentran.
Deshace repentinamente nuestro beso para observarme con una mirada tierna y llena de esperanzas que no imaginaba que existiera.
—No me arrepiento de dar un paso hacia un lado y dejar mis errores por un futuro contigo —declara.
Aquella es la declaración de un hombre al que había odiado, golpeado, soportado, destruido y anhelado. Y es que ambos nos hemos hecho la misma magnitud de daño.
—Ni yo. —Acaricio su rostro y suspiro.
Me suelta y se encamina hacia la puerta donde lo esperan los problemas. Me limito a ser una observadora. Dos hombres buenos contra cuatro malos, es suficiente para saber quiénes pierden el duelo.
—¿A qué se debe tu presencia aquí, padre? —cuestiona Frank, con los brazos cruzados a la altura de su pecho.
—Solo vengo a buscar uno de los caprichos de mi mejor cliente —responde el viejo.
Trago saliva.
Eh de imaginarme que vendría el idiota de Dean por mí. Y aquí está, pero no solo. Bajo mi mirada al piso viendo la maleta de Random que traía en sus manos cuando salía de su cuarto. La misma que debe ser para nuestra partida.
—Lo siento, padre —dice Frank. El viejo alcanza a mirarme—. La mujer que piensas llevarte es mía.
Llevo mi atención directa hacia Random que no hace nada más que observar a su amigo con total tranquilidad.
¿Qué es esto?
—¿Tuya? —Se sorprende el viejo y mira a Random esperando una reacción de su parte. Y no, no pasa nada—. Esa mujer es de otro por lo que tengo entendido.
—No, padre. —Mientras Frank habla puedo ver hacia mi apartamento el rostro entristecido de Olivia a quien modulo con la boca la frase: no salgas. Ella asiente y cierra la puerta en frustración, porque sabe que no podrá ser de ayuda para un momento así—. London es mi mujer y es suficiente para que la dejes en paz.
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London © - [Serie Apariencias] [Libro #2]
Romantizm[ADVERTENCIA: Debes leer Random para poder leer esta parte.] London era un chica buena: No rompía ningún plato en su casa, tampoco en la calle. No bebía. No fumaba. No salía de fiesta. Era cari...